EMPRESA A CARGO RESPONDE ANTE LAS INQUIETUDES

Comunidades rurales en alerta por megaproyecto de línea de transmisión Kimal - Lo Aguirre

El proyecto Kimal Lo Aguirre considera una línea de transmisión, con una extensión de más de 1.300 kilómetros. Desde diferentes partes de la Región de Coquimbo manifiestan su preocupación por esta situación, ya que temen que se vea afectado el turismo y la calidad de vida de los habitantes.

Desde hace algunos años que se inició la licitación de un megaproyecto eléctrico, el cual inicia en la Región de Antofagasta, atraviesa las regiones de Atacama, Coquimbo y Valparaíso, para luego terminar en la Región Metropolitana. 

Se destaca que esta línea de transmisión tendría una extensión de 1.342 kilómetros, 2.686 torres y dos subestaciones, según información publicada en el propio sitio web de Conexión Kimal Lo Aguirre, que es la empresa a cargo del proyecto. 

Esta situación genera molestia y preocupación en diferentes comunidades agrícolas y organizaciones sociales de la Región de Coquimbo, quienes en primer lugar reclaman la poca comunicación con la empresa a cargo. 

Así lo comenta por ejemplo el presidente de la Comunidad Agrícola El Divisadero de Punitaqui, Alex Araya, “de partida hay mucha información que no se está dando como corresponde, la empresa habla de una franja, y se concentran en eso, pero la problemática es mucho más profunda”, indicó. 

De esta manera, los eventuales afectados comienzan a enumerar sus temores, como por ejemplo, que la calidad de vida se vea afectada, así como también la flora y fauna nativa de la región. 

“Nosotros no nos oponemos porque sí, es porque tenemos muchas observaciones que necesitan respuesta. Este proyecto lo están llevando de manera muy acelerada, pero tienen mucho en contra. He hablado con comunidades indígenas y agrícolas de Atacama, y ellos también se oponen, porque es un proyecto demasiado dañino para las personas. Es importante partir mencionando la parte humana, pero esta franja también va intervenir en especies endémicas, por todo eso nosotros estamos dando la pelea, incluso contratamos un equipo de abogados que han visto toda la parte técnica”, señaló Alex Araya. 

El presidente de la Comunidad Agrícola Jiménez y Tapia de Combarbalá, Marcelo Araya, tuvo palabras similares, manifestando la inquietud que sienten en esta otra comuna de la región. 

“Durante la etapa de construcción habrá apertura de caminos, traslado de material, paso de camiones de alto tonelaje, que van a generar ruidos y polución, y eso va afectar nuestras vidas, así como también la destrucción de flora y fauna, lo más probable es que así suceda. En la etapa de operación no sabemos cómo esto va afectar la salud de las personas y la biodiversidad, porque una línea con altísima tensión puede afectar las bandadas de aves, así como la vida de las personas”, señaló.

En la misma línea, el comunero combarbalino agrega otra preocupación más, con respecto a los sitios arqueológicos que podrían ser destruidos en la etapa de construcción. 

“También se pueden ver afectados sitios arqueológicos, acá tenemos innumerables sitios arqueológicos, muchos no están ni catastrados, entonces si pasa una excavadora lo más probable es que ni adviertan que se toparon con petroglifos o algún vestigio de asentamiento precolombino, que son muy comunes en esta zona”, apuntó. 

Otra de las grandes preocupaciones es la eventual afectación al turismo, y así lo destaca Zulema Cartagena Cerda, presidenta de la Junta de Vecinos N° 25 de El Molle, en la comuna de Vicuña 

“Nosotros llevamos más de un año conversando con la empresa, y le hemos manifestado que no estamos de acuerdo con que se instalen torres en El Molle, porque somos un pueblo turístico, somos la puerta al Valle del Elqui, tenemos hoteles y restaurantes, además de muchos habitantes de la tercera edad, y con enfermedades. Por eso hemos estado en muchas reuniones, e incluso nos hemos asesorado con el diputado Ricardo Cifuentes”, comenzó declarando la dirigenta vecinal. 

“Esto también nos va dañar los animales, como loros, acá hay pueblos indígenas, cementerios indígenas, y así tenemos un montón de cosas que se pueden ver afectadas por estas torres”, agregó. 

Si bien desde el Valle el Elqui han enfatizado en esta problemática turística, desde los otros puntos de la región no se quedan atrás, y así lo menciona Marcelo Araya desde Combarbalá, “se verá afectado el paisaje, porque son torres de 85 metros de altura, lo que va cambiar todo el panorama y nuestro paisaje rustico con potencial turístico”, apuntó. 

En este contexto, los dirigentes comentan sus pretensiones, como por ejemplo Zulema Cartagena Cerda, quien señala que como pueblo incluso han entregado nuevas propuestas a la empresa. 

“Nosotros le propusimos a la empresa un cambio de trazado, porque no queremos torres en El Molle. Acá como junta de vecinos hemos contratado abogados, también contamos con un ingeniero eléctrico, nos está apoyando el alcalde de Vicuña, y mucha más gente se nos ha sumado, para hacer esta propuesta en representación de todo el pueblo”, declaró la presidente vecinal. 

Por su parte, Marcelo Araya enfatiza en eventuales compensaciones económicas que deben recibir los comuneros que se vean obligados a dejar sus terrenos, “queremos que consideren todas las externalidades negativas, y que sean compensadas. Pedimos que nos informen de todas las afectaciones y se hagan cargo de todo lo que va afectar el proyecto. Queremos que se generen todas las medidas de mitigación necesarias, así como las compensaciones económicas en caso de ser necesario. Si alguien tiene que ser trasladado, debe ser compensado en su justa medida y su justo valor”, señaló. 

La jefa de Participación Ciudadana del proyecto, Isabel Candia, toma en este caso la vocería de la empresa, para dar respuesta a las distintas inquietudes de la comunidad. 

“Conexión Kimal-Lo Aguirre comenzó el relacionamiento en el territorio desde la adjudicación del proyecto, llevando a cabo un proceso de Participación Ciudadana Anticipada que se extendió por más de un año antes del ingreso a evaluación ambiental. Durante este periodo dimos a conocer la empresa y el proyecto, nos reunimos con las comunidades, los líderes sociales, autoridades locales, y escuchamos todas las inquietudes que nos fueron planteadas. Asimismo, se realizó una presentación del área de influencia del proyecto a todas las comunidades, para una vez realizados los estudios de los componentes ambientales allí presentes, presentar el trazado”, comenzó declarando. 

En cuanto a esa participación ciudadana, la vocera destaca el trazado alternativo, lo que además asegura sería amigable con el medio ambiente, “fue así como diseñamos una alternativa de trazado que buscó encontrar el mejor equilibrio entre las demandas de los territorios, las necesidades de preservación y el cuidado del medio ambiente, con la factibilidad técnica. Y con ello procurar minimizar los impactos ambientales y sociales. Lo que nos ha obligado muchas veces a tener desafíos constructivos importantes, ya que al tratar de reducir los impactos en las comunidades se ha ido un poco más cercana a la cordillera”, puntualizó. 

En ese sentido, Isabel Candia enfatiza en que “en el marco del proceso de evaluación del Estudio de Impacto Ambiental por parte de la autoridad ambiental, el 12 de febrero finalizó el proceso de Participación Ciudadano (PAC) liderada por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). A partir de ese levantamiento tendremos un Icsara Ciudadano, que reunirá todas las observaciones y solicitudes de información que contestaremos al igual el Icsara Técnico”. 

“Es relevante señalar que, según lo que hemos visto en todos los territorios y comunidades, existe un consenso de que este proyecto es relevante para el país y que debe llevarse a cabo porque es importante para la transición energética, las metas de descarbonización y el desafío creciente de conectar a las personas y las comunidades con energías limpias”, declaró para concluir.