Veintiún casos en lo que va del año

El fenómeno de los homicidios en la comuna de Coquimbo

El aumento de homicidios en la ciudad puerto es una temática que preocupa entre las autoridades, aunque no hay consenso entre los concejales respecto a la forma de abordarla. El experto en derecho de la Universidad Central, José Pablo Marín, pone énfasis en un cambio al Código Penal.
lunes 25 de diciembre de 2023

Son las 23 horas del jueves 30 de noviembre en el centro de Coquimbo. Un hombre solitario corre y encuentra a otro que aparece de improviso de buzo en una esquina. El hombre toma por el cuello al de buzo y acto seguido le dispara a muy corta distancia, mientras la víctima lo mira de frente y forcejea para escapar. Dieciocho días después, un hombre es encontrado muerto en el sector Parte Alta de la comuna puerto, el informe tanatológico arroja que la causa de muerte es por traumatismo encéfalo craneano y torácico, lo que puede apuntar a participación de terceros.

En lo que va del año son cerca de 21 los homicidios que se registran en la comuna de Coquimbo. Un fenómeno que preocupa si se considera que el informe elaborado por la Fiscalía Nacional durante el año 2022 sobre Homicidios en Chile situaba a La Serena y Coquimbo entre las veinte comunas con mayor cantidad de homicidios consumados durante ese año.

Un tema que consultados concejales de la comuna puerto y expertos, muestra que es de compleja solución.

 

“No han dado respuesta para abordar diversas situaciones”

Si bien los concejales de Coquimbo, que han sido consultados, remarcan que el aumento de este tipo de delitos es un tema que es abordado por las policías, el concejal Guido Hernández es crítico en cuanto a la falta de acciones concretas respecto a diversas situaciones de peligro que ha detectado y denunciado ante el municipio.

“He informado sobre más de cien puntos de conflicto en la comuna de Coquimbo: viviendas tomadas para realizar fiestas clandestinas y venta de droga, sitios eriazos que son focos de conflicto entre las comunidades, falta de alumbrado público, personas en situación de calle que se han ido tomando las plazas públicas, sin que el municipio haya tomado respuesta para abordar estas situaciones, a pesar de que existen recursos disponibles por parte del Ministerio del Interior con el plan Calles sin Violencia. En definitiva, esta administración ha sido un total fracaso en la materia y como resultado hemos tenido un aumento permanente en los delitos y homicidios en la comuna de Coquimbo”, dice.

 

“Debe haber una labor importante de fiscalía y tribunales”

El concejal Mario Burlé explica que el aumento de homicidios en la comuna puerto se ha debatido al interior del concejo municipal, en la Comisión de Seguridad de la que es parte, y también lo ha debatido con el prefecto de Carabineros para analizar las medidas que se puede tomar, aunque enfatiza lo complejo de la situación.

“Es un tema bastante difícil porque habría que tener carabineros en cada cuadra y, aun así, cuando una persona repentinamente saca una pistola y dispara, es bastante complejo. (…) Quizás la única solución sea intensificar los patrullajes de Carabineros y Seguridad Ciudadana, haciendo presente que la Seguridad Ciudadana municipal es un colaborador de Carabineros y de la Policía de Investigaciones porque por ley le corresponde a las policías mantener el orden público”, advierte el concejal.

Sin embargo, la autoridad pone el énfasis en que tanto fiscalía como tribunales debe hacer una labor importante.

“Algunos autores de homicidios son personas que ya tienen condenas y antecedentes, y eso es bastante preocupante”, señala.

 

“Llamo a la tranquilidad y a hacer las denuncias”

El concejal Camilo Ruiz, en tanto, señala que estos hechos de alta connotación social ocurren al igual que en otras ciudades del país.

“Cuando en la comuna nos enteramos de que al igual que en otras ciudades del país ocurren hechos de violencia y crímenes de alta connotación social, tendemos a alertarnos y, sin duda, hay que hacerlo junto con tomar medidas. Sin embargo, desde la visión que uno tiene como habitante de uno de los barrios más estigmatizados de la comuna, es que en realidad se puede vivir tranquilo cuando hay vida en los barrios y la vida familiar y comunitaria contiene el germen de la delincuencia”, dice.

A diferencia del resto de las otras autoridades del cuerpo colegiado, el concejal señala que los índices de criminalidad no se condicen con los hechos de inseguridad de que se habla.

“Lamentablemente, desde que tengo uso de razón se conoce de asesinatos y riñas en la comuna. En los noventa eran las pandillas que infundían terror en los barrios más populares con una clara influencia de la cultura pop norteamericana, hoy podría ser la influencia del audio visual urbano y prototipos culturales que incuban estilos de vida y conductas al margen de lo legal. La derecha de la mano de Piñera provocaron una inmigración desregulada que también podría ser un factor. Lo cierto es que los índices de criminalidad y la participación de extranjeros aún no se condicen de manera contundente con la sensación de inseguridad que algunos hablan”, indica.

La autoridad hizo un llamado a la tranquilidad.

“Yo en realidad llamo a la tranquilidad, tanto para quienes visitan nuestra linda ciudad, pero sobre todo para las vecinas y vecinos. Lo mejor es cuidarnos entre todos y hacer las denuncias que se deban hacer cuando ocurra algún ilícito que ponga en riesgo el bienestar de la comunidad”, dijo.

 

Visión de expertos: Revisión de código penal y fortalecer policías y gendarmería

Consultado por este fenómeno, el experto en derecho penal y académico de la Universidad Central Región de Coquimbo, José Pablo Marín, explica que el fenómeno de los delitos violentos y homicidios ha ido en aumento en Chile desde el año 2018, lo que ha determinado distintas formas de abordarlo como la reciente entrada en funcionamiento del Equipo de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH) del Ministerio Público.

Consultado sobre si el aumento de penas podría poner freno al alza de estos delitos, el académico explica que el aumento de penas está asociado a la ocurrencia de delitos de connotación pública y que en el caso de los homicidios estas solo se han endurecido en el caso de que estos afecten a personeros de Fuerzas Armadas o Carabineros con la llamada Ley Naim-Retamal, pese a ello señala que es necesario hacer un análisis más profundo de por qué estos están ocurriendo este tipo de delitos.

“Los homicidios han existido siempre y las penas han sido distintas a lo largo de la historia. Hasta los años 90 aún existía la pena de muerte y aun así existían los delitos de homicidio. El hecho de que exista una pena tan severa, como la de muerte, no elimina la existencia de los homicidios, sin embargo, hoy hay que hacer un análisis más agudo para saber por qué están ocurriendo. Puede pasar por múltiples factores, como de tipo social y también en un ámbito jurídico penal en cuanto a cómo se debe sancionar, en cuánto a qué se va a sancionar y qué se busca con esa sanción”, advierte.

El académico revela que en ese análisis hay factores nuevos que se deben considerar como los nuevos tipos de delitos, como por ejemplo el secuestro que era algo a lo que no estábamos acostumbrados, y recientemente la participación de extranjeros en la comisión de crímenes. “Si miramos las estadísticas, nos damos cuenta que la participación de extranjeros en la comisión de homicidios ha aumentado en porcentaje y es un punto que es necesario analizar. Cuál es el conocimiento de las normas de estas personas, por qué ocurre o por qué esa alza, por qué se hace ese cruce de información. Me dedico hace bastante tiempo a trabajar como defensor penal y llama la atención cuando se realizan visitas a cárceles que el fenómeno de extranjeros que están condenados o bajo una medida cautelar o preventiva ha aumentado considerablemente”, dice.

El académico señala que es una quimera pensar que este tipo de delitos desaparecerá, pero sí se puede trabajar para que estos disminuyan y propone analizar al menos dos vías.

“El primero es modificar el estatuto de penas que establece el Código Penal para los delitos violentos. Tenemos un código penal que es del siglo XIX en que se castigan instituciones tan vetustas como la piratería, no el pirata que piratea productos si no el pirata del parche. Nos damos cuenta de que hay aspectos que están fuera de la coyuntura que estamos viviendo hoy y que necesariamente deben ser reformados. Por ejemplo, hoy, en cuanto a penas, es mucho más conveniente para el delincuente pegarle a una persona y lesionarla que amenazarla, eso si lo vemos dentro de los delitos de violencia intrafamiliar. Hay parámetros que están obsoletos y necesitan una revisión tal como se hizo a finales de los 90 con la Reforma Procesal Penal”, dice.

La otra arista es inversión y difusión hacia la población de información jurídica y hacia futuros funcionarios de policías y gendarmería.

“(Es necesario que) Exista más inversión y difusión por parte del Estado a la población en general de información jurídica y en recursos humanos de futuros funcionarios de las policías, tanto de Carabineros como Investigaciones, porque no están dando abasto y en Gendarmería también. La situación en las cárceles es una situación poco tocada que no deja de ser relevante”, dice.

 

Recuperar los espacios públicos como medida de seguridad

El doctor en sociología y académico de la Universidad Central, Camilo Améstica, es claro en señalar que hoy los informes revelan una tendencia nacional hacia la resolución de conflictos con métodos distintos al que estábamos acostumbrados. Si se analizan los casos de homicidios dan cuenta de riñas entre un pasajero y un colectivero o riñas entre bandas criminales, por ejemplo.

“Hay una alta variedad de casos, lo que une eso es que hay una alta cantidad de presencia de armas y accesibilidad a ellas de personas que hasta hace poco no tenían acceso (…) A nivel nacional hay una tendencia a acceso a armas de fuego que ha producido que las riñas que antes se solucionaban a golpe de puño, hoy se están solucionando de modo violento”, explica.

Y asociado a las armas, Améstica explica que Chile pasó de ser un mercado de paso del crimen organizado a un mercado establecido de crimen organizado.

“Si se piensa en los datos, por lo menos desde el 2009 en adelante, en que se hablaba de que Chile era un mercado para llegar a Europa o Estados Unidos, bueno, ya no, ahora es un tipo consumidor de droga lo que viene asociado al mercado negro de armas”, dice.

Pero el doctor en sociología, el aumento de delitos no sólo puede abordarse con la presencia de policías o aumento de penas. El académico pone el énfasis en accionar una política pública que se centre en no ceder los espacios y para eso plantea tres elementos claves: Un transporte público que permita a las personas acceder a los espacios y saber que contará con locomoción tanto para ir como para regresar; un comercio que no cierre tan temprano y que la gente ocupe los espacios y no los ceda a la delincuencia.

“Si pensamos en la Seguridad Pública, la Seguridad pública no la hacen ni Carabineros ni un cuerpo armado, la hace la gente cuando se ocupan los espacios. Si pensamos en delincuentes, el mejor espacio para un asalto es la soledad y cuando hay masividad no proliferan tanto este tipo de eventos, sobre todo los más violentos”, dice.

En el caso de Coquimbo, indica, el centro sufre un cambio radical cuando se oscurece.

“Coquimbo tiene una tradición de comuna puerto con un centro bien concentrado y el cambio es radical desde que baja el sol, en cuanto a cómo desaparece la gente. Parte del abandono de la ciudad es que el comercio está cerrando más temprano que es producto de lo que pasó en octubre de 2019 y la pandemia, en que el comercio comenzó a cerrar a las 17 0 a18 horas y lo único que queda es el mall o comercio de cadena. Eso hace que no estén los clientes caminando, el comercio asociado y quedan solo las personas que residen en el sector y que acceden al comercio tipo minimarket o quedan las personas que están asociadas a otras cosas, como incivilidades o practicas delictual”, dice.

 

El académico propone activar los espacios

“La clave central de cualquier política pública es integrar a transporte público y comercio local porque son los ejes de cómo ocupamos de nuevo la ciudad y si eso lo integramos con una política de activación de los espacios públicos, pensando en La Serena y Cquimbo, en el borde costero, podríamos tener una estrategia de control y recuperación de espacios que perdimos desde 2019 en adelante. Esto va a tener un efecto en cómo se percibe la seguridad y como se entiende que si se produce un hecho de violencia no signifique que tengamos que encerarnos a las casas”, propone,

La medida dice, “No es poner más Carabineros, si no recuperar la ciudad, lo que ayuda a la seguridad pública y que es complemento”, puntualiza.