El pisco como un aporte al desarrollo territorial de Zonas Rezagadas

En el marco del mes del pisco, gran parte de los productores que estuvieron presentes en las celebraciones, provenían de estos territorios de rezago, y estos eventos han sido plataforma para la exhibición de sus productos, cultura y herencia de casi 300 años.

Ya es sabido que, gracias a la Denominación de Origen del Pisco, establecida en 1931, el destilado nacional solo se puede elaborar en las  regiones de Atacama y Coquimbo. Sin embargo, lo que se desconoce, es que existen numerosas familias pisqueras y productores de uva que están asentados en las zonas menos afortunadas de nuestro territorio, encontrándose dentro del 30% más pobre de la región.

La pandemia y la recesión económica, sin duda afectaron a todos a nivel global, y más en aquellas zonas donde el turismo es una actividad importante para la Región de Coquimbo, la misma que hoy es azotada por una crisis hídrica sin precedentes, sumando a esto, el cierre de fronteras terrestres para el ingreso argentino estival, y las consecuencias que esto conlleva.

En este sentido, la industria pisquera también sufrió las consecuencias, bajando en un 20% su producción. Una cifra que se recuperó rápidamente gracias a las iniciativas y el apoyo de la Asociación Gremial de Productores de Pisco A.G., Pisco Chile y los programas impulsados por CORFO, junto a la Industria Pisquera, como lo son; el Programa Territorial Integrado, PTI del Pisco y la Red Asociativa Piscos Atacama, que están enfocados en potenciar al pisco en diversas áreas relacionadas, desde el proceso productivo, su promoción y comercialización como base estratégica para la revalorización de la cadena productiva que involucra directa e indirectamente a más de 40.000 personas en ambas regiones.

Canela, Combarbalá, Monte Patria y Punitaqui, son las comunas pertenecientes al programa Gestión Territorial de Zonas Rezagadas, del Gobierno Regional de Coquimbo y, Rodrigo Gutiérrez, Coordinador de dicho programa, se refirió al aporte que implica la actividad productiva del pisco en estas localidades, señalando que, “valoramos la importancia de este rubro en el territorio más vulnerable de nuestra región, ya que, sin dudas, esta actividad genera trabajo y mejora la calidad de vida de muchas familias y de los pequeños productores agrícolas”, indicando además, que no cesarán los esfuerzos para seguir fortaleciendo, desarrollando y agregando valor al pisco, como producto típico regional y como orgullo chileno.