El radicalismo, un siglo y medio de historia

Los militantes sienten que aún quedan labores pendientes. Una de ellas es seguir conservando el municipio de La Serena y conquistar la alcaldía de Coquimbo. La votación que obtuvo Ernesto Velasco en las parlamentarias pasadas los ilusiona con la posibilidad de volver a ser una colectividad de peso en la región.
El radicalismo, un siglo y medio de historia
El radicalismo, un siglo y medio de historia
domingo 02 de febrero de 2014

Durante sus últimos años, el Partido Radical ha sido marcado como uno de los más pequeños del pacto concertacionista. Su baja votación electoral lo tendría apartado de las principales urbes y cargos políticos.

Pese a ello, sus militantes no se desmoronan ni piensan en abandonar la colectividad. Es más. Creen que hoy están viviendo uno de sus mejores momentos al tener un alcalde en La Serena y varios concejales con mayorías importantes en la región, además de un consejero regional.
 Pero en sus 150 años de vida institucional han tenido que afrontar varias crisis, una de ellas cuando el presidente Gabriel Gonzalez Videla decide crear la “Ley Maldita” en 1948, normativa que tenía como finalidad desaparecer al Partido Comunista.

Para los radicales, lo más lamentable de esta ley es que la dictaminó la figura más importante del partido, el Presidente de la República (1946 – 1952). Si bien valoran todos los avances que realizó durante su período, como la otorgación del derecho a voto a la mujer y el nombramiento de la primera mujer en ser ministra de Estado en América Latina, Adriana Olguín, quien ocupó la cartera de Justicia, creen que todos los reconocimientos internacionales en políticas públicas rápidamente fue opacado con la promulgación de la Ley Maldita.

Esta normativa, que fue promulgada 3 de septiembre de 1948, tenía la finalidad de proscribir la participación política del Partido Comunista de Chile, colectividad que trabajó coordinadamente durante los primero días de gobierno con el mandatario.

Raúl Godoy, presidente regional, reconoce que “después del gobierno de Gabriel González Videla no quedamos bien como partido. Hubo muchos problemas a nivel nacional que repercutieron en la zona. Llegamos a tener más de 40 diputados y tres presidentes, pero su administración con el tiempo nos debilitó”. 

Junto con ello señala que la dictadura fue una de las etapas más difíciles, porque varios de sus correligionarios fueron detenidos o torturados, aunque pese a ello seguían haciendo reuniones a escondidas. 

Ernesto Velasco, secretario general del partido, recuerda que era muy difícil hacer política en esa época, sobre todo para la juventud. “Ingresé al partido a inicios de los 80 mientras estaba en la universidad, tenía tan sólo 19 años. Fue una etapa muy difícil, porque no existían las libertades absolutas. Pero pese a ello luché por recuperar nuestros espacios y la democracia”.

Antes de esa fecha, el partido en la región poseía un senador, Hugo Miranda, y la alcaldía de La Serena, con Carlos Galleguillos. “Sin embargo, ellos tuvieron que dejar sus puestos, cupos que nos ha costado recuperar hasta el día de hoy”. 

Godoy reconoce que esta es la gran deuda que tendrían con la ciudadanía, porque ellos por más de 50 años le han entregado su apoyo en la región.
Ernesto Velasco, quien en dos oportunidades ha estado a votos de ingresar al Parlamento, reconoce que esta deuda les ha significado tener menos representación en los gobiernos.

“El sistema binominal nos ha perjudicado varias veces. Eso ha generado que en muchas veces estemos al borde del 5% que exige la ley para seguir teniendo la categoría de partido político”, sostiene el secretario general de la colectividad.

NUEVO RENACER
El primero de abril del 2012 volvió a nacer una luz de esperanza para el partido en la región. Por segunda vez tenían la posibilidad de conquistar el municipio de La Serena. En esta oportunidad la responsabilidad recaía en el concejal Roberto Jacob, quien en una reñida primaria le ganó el cupo al edil de aquel entonces, Raúl Saldívar.

Desde ese día, el partido se rearticuló y buscó los mecanismos para volver a posicionarse en una elección y de esta manera recuperar la alcaldía serenense.

Mientras trabajaban para este fin, los radicales recibieron un “regalo”. El concejal de Coquimbo Juan Alcayaga fue elegido por sus pares como alcalde interino. Esto a raíz del fallecimiento del edil Óscar Pereira. Nadie se esperaba esta nominación, ya que todo estaba zanjado para que el concejal socialista Carlos Yusta adquiriera esa responsabilidad. Sin embargo, en el momento de la votación algunos de los concejales decidieron cambiar su voto y premiar el liderazgo y trayectoria de Alcayaga.

Esta designación significó que durante un mes las dos alcaldías más importantes de la región (Coquimbo y La Serena) estuvieran en manos de radicales, ya que en la ciudad de los campanarios los concejales decidieron elegir a Roberto Jacob como edil interino, debido a la renuncia de Saldívar en el mes de noviembre.

El alcalde Jacob reconoce que después de su triunfo existió una mayor motivación por querer reconquistar los espacios perdidos durante los últimos 40 años.

“No es menor, porque el partido hace mucho tiempo que no obtenía una votación como la que sacamos para la municipal. Partimos por La Serena, pero también queremos recuperar el escaño parlamentario, aquel cupo que perdió don Hugo Miranda”.

Si bien estuvieron cerca en 1997, en el 2013 el actual sistema no les permitió romper con el peso de la historia.

Pese a ello Velasco cree que la alta votación que obtuvo sería una clara señal de que la ciudadanía desea un refortalecimiento de la colectividad y confía en sus propuestas.

“La última votación nos demostró que el radicalismo es un gigante dormido. El es parte de la idiosincrasia y de la sociedad chilena. Hace bastante tiempo venimos proponiendo educación gratuita y de calidad”, sostuvo.

Por su parte, el concejal Alcayaga señaló que es una gran responsabilidad la que tendría el partido de responder a las confianzas que le ha entregado la ciudadanía durante estos últimos meses. Sobre todo por los desafíos que desean asumir: conservar el municipio de La Serena y conquistar el de Coquimbo.
Si bien en esta oportunidad no lograron alcanzar el escaño parlamentario no descartan que para el 2017 vuelvan por su revancha.

MIRADA CON HISTORIA
En la región aún quedan militantes que fueron partícipes de los años de gloria del partido, época donde el poder de la militancia logró instalar a tres de los suyos en la Presidencia (Pedro Aguirre Cerda, Juan Antonio Ríos y Gabriel González Videla, del 24 de diciembre de 1938 al 3 de noviembre de 1952).

En honor de aquellos que dieron lo mejor de sí es que la asamblea Carlos Galleguillos Barraza de La Serena decidió galardonar a seis de los suyos. Cada uno de ellos personas que llevan más de medio siglo defendiendo los principios radicales.

Una de las invitadas más esperadas era Raquel Castillo, esposa del exalcalde Carlos Galleguillos. Si bien su estado de salud no le permite tener una participación activa, Raquelita, como le dicen sus cercanos, sigue siendo una de las mujeres más respetadas y queridas del partido. Por ello todos esperaban el arribo de la primera dama. Si bien sabían que estaba enfermita reinaba la ilusión de que los podría acompañar por algunos minutos. Por ello, al momento de cruzar la puerta del Teatro Municipal de La Serena, donde se realizó la celebración de los 150 años, a varios de los asistentes se les cayeron algunas lágrimas. 

“Desde que nací soy radical, mi padre fue un fiel militante. Por ello digo que los radicales han sido como mi segunda familia. Estoy feliz, porque aún estoy acá”, sostuvo muy emocionada la esposa del exalcalde Carlos Galleguillos.

Durante los pocos minutos que conversó con diario El Día siempre señaló que los momentos más lindos que ha vivido en el partido fueron cuando su esposo era alcalde de La Serena. “Nunca lo dejaba sólo. Lo acompañaba a todas sus actividades”. Entre risas recuerda algunas de las anécdotas que le ocurrieron durante ese período. “Cuando andaban sirviendo vino, siempre me decía, tomas la copa y la dejas ahí mismo”. 

Raquelita no fue la única galardonada, ya que Gabriel González es uno de los militantes más antiguos. Ingresó a la colectividad en 1946, en la asamblea de Nogales. “Durante todos estos años siempre he estado más hacia la izquierda, nunca para la derecha”, aclara. 

González recuerda que ingresó al partido el mismo año que salió electo el tercer presidente radical. “El país no tenía nada y él comenzó a construir organizaciones como la Corfo”. Recuerda con nostalgia aquellos años, ya que señala que después de esta administración el partido nunca volvió a ser el mismo. “Desgraciadamente, cuando se mandó a los comunistas fuera del gobierno el partido empezó a mermar. Eso generó que en las elecciones posteriores hasta los socialistas votaran por Carlos Ibáñez del Campo, en ese tiempo era todos contra los radicales”.

Don Gabriel recuerda que estuvieron “muchos años en silencio, pero quien le volvió a dar vida fue don Roberto, al conseguir la alcaldía. Somos pocos, pero buenos, aún existe fortaleza. Es muy difícil que descendamos”, señaló.

Al igual que él, Héctor Matamala, quien lleva 84 años en el partido, cree que el triunfo de Jacob revitalizó a la militancia. “Se nota que estamos reaccionando, puedo decirlo con autoridad porque ingresé al partido cuando tenía 16 años y era estudiante del colegio Lastarria”.
Recuerda que los principios que tenía el partido lo motivaron a firmar por el radicalismo. Matamala recuerda que era un adolescente cuando andaba en las calles pegando propaganda política. “A medida que pasa el tiempo más orgulloso me siento de él. Ha sido el único que ha tenido tres presidentes de la República”.
En la ceremonia de los 150 años también se homenajeó a Mirto Larraguibel. Él relata que su vinculación al radicalismo se remonta a sus años de estudiante. Recuerda que todos los viernes después de salir de clases de la escuela Normal de Copiapó iba la sede del partido, porque ahí había varias mesas de billar. “Y como a nosotros nos gustaba íbamos para allá. De tanto ir me quedó gustando el partido”.

A esta lista se agrega el periodista Alberto Casanga, quien desde 1972 que milita en las filas del radicalismo. Si bien reconoce que ingresó en una de las épocas más difíciles (un año después fue el golpe militar) señala que esas adversidades no le impidieron seguir con su afán de conseguir una sociedad más justa. 

“Tratamos de mantener ese espíritu de colaboración. Nunca nos alejamos de la sociedad”, sostuvo.

Casanga cree que algunas de las deudas que posee el partido se han ido cumpliendo. “Logramos recuperar el municipio de La Serena, sólo nos falta reconquistar el Parlamento”.

Dentro de este selecto grupo se encuentra Yolanda Rojo, quien desde los 10 años se ha relacionado con el mundo del radicalismo. Ella relata que su ideología se debe al activo rol que tenían tanto su padre como algunos de sus familiares.

“En vez de andar jugando andaba en los pasillo del partido. Por ello seré radical toda mi vida”, sostiene.

Yolanda señala que toda su vida ha luchado para que el partido vuelva a ser la colectividad que fue hasta 1952. “Añoro retornar a aquellos años. Porque durante la época del golpe nos la ingeniábamos para hacer reuniones y ahora que están todas las posibilidades nos dormimos. Tenemos que volver a brillar”, sostiene . 

Datos Históricos

••• El Partido Radical es el segundo más longevo del mundo, después del Partido Laborista inglés. Los orígenes del radicalismo en Chile se remontan a los primeros años de la República, cuando los patriotas tuvieron que enfrentar la construcción de un nuevo régimen prácticamente de la nada, sin experiencia de gobierno enfrentados ante una realidad tremendamente adversa; como consecuencia de los años de guerra civil, entre españoles nacidos en Europa y españoles nacidos en América, donde los primeros tuvieron siempre el monopolio del poder y las decisiones