Caídas y fisuras

Cuáles son las condiciones de moái de La Serena que impedirían devolverlo a Rapa Nui

La escultura, que se encuentra en la capital regional desde la década de los ‘50, sufrió daños cuando fue llevada a un evento en Europa, lo que desencadenó en que especialistas recomendaran mantenerlo en una sala especial una vez restaurado.
domingo 25 de febrero de 2024

A más de cinco años del compromiso entre autoridades de La Serena y comunidades de Rapa Nui, han resurgido las intenciones de voces locales por concretar la devolución del moái ubicado en las instalaciones del Museo Arqueológico a la isla.

El debate se ha instalado a la luz de una curiosa campaña de redes sociales, donde usuarios chilenos han instado al Museo Británico retornar la escultura que se encuentra en su poder.

En el caso local, recordemos, es una discusión que se arrastra hace años, zanjada en parte con una simbólica ceremonia, que contó con la participación de representantes de dicha cultura, que fabricaron además un nuevo moái, en piedra caliza, para que el original sea devuelto a sus orígenes.

Pero dichas intenciones se fueron diluyendo en el tiempo, pasando a un segundo y tercer plano en tiempos de pandemia y estallido social.

En la actualidad, entonces, la comuna tiene dos moái, el histórico del Museo Arqueológico y el tallado en compensación, que se ubica en el Coliseo Monumental.

El concejal Félix Velasco abordó en conversación con El Día las intenciones por cumplir el compromiso, adquirido en 2018 con la agrupación Mao Henua.

“Falta que nuestro municipio pueda gestionar la devolución, algo que hemos pedido en varias ocasiones. En este caso, con el concejal Luis Aguilera hemos hecho algunas gestiones, tuvimos unas reuniones virtuales para ver el tema y le hemos pedido al municipio, pero es su administración la que tiene que generar estas coordinaciones. Esperamos poder avanzar y repatriar este moái que está en el museo”, indicó.

Al ser consultado por la materia, el director del Museo Aqueológico de La Serena, Ángel Durán, recordó a este medio que el moái ha sufrido un deterioro, a raíz de su traslado a Francia y España en los ‘90, donde protagonizó dos caídas que le generaron fisuras.

“Cuando ya regresa restaurada, técnicamente los conservadores sugirieron en su oportunidad que ya no podía ser expuesto al aire libre, por lo tanto, esa es la circunstancia por la cual el Museo Arqueológico de La Serena lo cobija al interior de su recinto”.

Por otro lado, “tiene ciertos anclajes que son de metal y la exposición al aire libre, seguramente por la humedad ambiental que se da en cualquier lugar, va a producir un deterioro, que podría significar una pérdida irreparable de una pieza única como lo es este moai”.

Antecedentes que, dijo Durán, las autoridades deben tener presentes en caso de determinar un traslado.

Un reportaje publicado por El Día en 2018, abordó la historia de la llegada de este moái a la comuna de La Serena. En el artículo, se detalla también el viaje a Europa, que cambió el destino de la escultura.

Todo surgió de una verdadera hazaña.

En enero de 1951, durante el mandato presidencial de Gabriel González Videla, se desplegó desde La Serena el vuelo de un avión catalina, bautizado posteriormente como “Manu Tara”, Pájaro de la suerte en lenguaje Rapa Nui. Este vuelo fue el que conectó por primera vez vía aérea a Chile continental con la isla.

Una travesía arriesgada, de una ruta de más de 4 mil kilómetros sin escalas y a bordo de un avión de lenta velocidad y con equipos limitados. Algo que generó dudas en el mismo González Videla, que luego fue persuadido por el entonces comandante en jefe de la Fuerza Aérea, general Aurelio Celedrón, junto al capitán Roberto Parragué, autor de la idea.

Finalmente, Manu Tara aterrizó con éxito y, según cuenta la historia, el hecho generó gran revuelo a nivel nacional y también entre los habitantes de la isla de Rapa Nui. Estos últimos, en agradecimiento, habrían regalado al presidente uno de sus tesoros más preciados, un moái.

A su llegada a La Serena, en el año 1952, la escultura quedó instalada en el Regimiento Arica, donde permaneció por tres décadas. Luego, en 1973 y en pleno golpe de Estado, con acceso restringido al recinto militar, fue llevado a la Avenida Colo Colo, donde permaneció hasta la década de los ‘90 al aire libre.

Fue en 1995 cuando el moái tuvo otro viaje. Corría el período presidencial de Eduardo Frei Ruiz Tagle, quien encargó que se coordinara con la entonces alcaldesa de La Serena, Adriana Peñafiel, el traslado del moái a Francia, para ser presentado en el pabellón chileno de una feria turística en Milán. Luego, pasó por España en similares condiciones.

Desde el viejo continente confirmaron que había sufrido una fisura y daños por caída en al menos dos oportunidades. Entonces, se solicitó que se restaurara y fuera devuelto a la brevedad.

A su regreso a La Serena, en octubre de 1996, el moái fue llevado al Museo Arqueológico, donde se construyó una sala especial debido a sus fracturas.

En contacto con El Día, Adriana Peñafiel recuerda las complicaciones, que hoy podrían impedir un nuevo traslado del moái.

“¿Por qué finalmente queda en la sala del museo? Es porque se señaló en su oportunidad por los especialistas que trabajaron en su restauración que debía quedar al resguardo al interior, porque si quedaba al exterior, esta fractura iba a quedar expuesta al deterioro. A raíz de esa situación, desde el Museo Arqueológico se hicieron todas las gestiones para que a su regreso quedara dentro de esta sala, se habilitó especialmente”, indicó.

Peñafiel agrega que el moái “pertenece a La Serena” y es el recuerdo de un hecho histórico, que retrata además la “visión geopolítica” del presidente Gabriel González Videla.

En ese sentido y en consideración del estado de la escultura, concuerda en que es un riesgo trasladarla.

“Desde mi punto de vista, debería permanecer acá en La Serena, ya que está en una muy buena instalación que tiene el Museo Arqueológico (…) si se lleva al exterior, se puede correr el riesgo que vuelva a aflorar (la fisura) y se deteriore”, finalizó.