A LOS 59 AÑOS DE EDAD

Muere Pedro Velásquez Seguel, el alcalde que transformó a Coquimbo

El ex edil dejó de existir la mañana de ayer tras sufrir un infarto mientras se encontraba en la capital realizándose algunos exámenes médicos, ya que padecía de cáncer en uno de sus pies. Sus restos están siendo velados en la capilla de la Cruz del Tercer Milenio y su funeral será mañana.
viernes 08 de diciembre de 2023

Durante la mañana de ayer, luego de un infarto fulminante, dejó de existir a los 59 años de edad, el ex alcalde de Coquimbo, Pedro Antonio Velásquez Seguel, quien al momento del fatal desenlace se encontraba en Santiago, hasta donde había viajado para realizarse exámenes médicos y controles, puesto que se estaba tratando un cáncer que le afectaba uno de sus pies.

Proveniente de una familia de escasos recursos, tocó la cima y las profundidades. Amado por muchos y despreciado por otros, durante sus periodos como edil se realizaron las mayores obras e inversiones en una comuna que, hasta ese momento, estaba carenciada en infraestructura vial y arquitectónica, áreas a las que les dio prioridad junto a las necesidades que tenía su población.

Su deceso causó impacto por la cercanía que mantuvo con la gente, ya sea desde el sillón municipal, el que ocupó durante tres períodos, o como diputado, en el cual estuvo dos.

Lo propio ocurrió en el mundo político, donde si bien tuvo una relación de amor y odio entre las colectividades, jugó un rol preponderante en sus mejores momentos políticos.

Militante de la Democracia Cristiana, en 2005 cuando se inició un juicio en su contra congeló su militancia y en marzo de 2006 renunció al PDC, pero continuó con su carrera política, especialmente como parlamentario, siendo electo el 2009 como independiente.

Un hombre perseverante en su vida y trabajo; estricto y exigente con sus subalternos, se granjeó el cariño de muchos, pero también el desprecio de otros tantos.

 

Desde pequeño manifestó sus inquietudes por avanzar en lo personal y familiar. En algunos reportajes visuales que circulan en las redes sociales, reconoce que ya a los 6 años de edad salió a pedir dinero a las esquinas. “Debo de haber estado como un año, pero me daba vergüenza. Yo veía gente que lo hacía y me resultaba”, reconoció. Posteriormente, como a los 7 u 8 años comenzó a limpiar autos frente al mercado municipal (hoy desaparecido), lo que complementaba acarreando bolsas en la feria, y en las tardes recolectaba lama en la playa Changa.

En lo político, Velásquez se reconocía parte del movimiento de la “Patria Nueva” que encabezó Eduardo Frei Montalva en 1964. “Yo soy producto de Eduardo Frei Montalva, yo soy producto del sueño de él. Él quería que los hijos de los campesinos fueran mejores, que no podían seguir labrando la tierra en la ignorancia y les dio la posibilidad, incluso a mis viejos, que emigraron y llegaron a Coquimbo. Había educación gratuita, a pesar que a mí me costó mucho estudiar, porque tenía la contraparte de mi taita. Mi papá, sin nada de conocimientos, para él que todo el mundo trabajara, porque estudiar para él era pérdida de tiempo”, declaró en un reportaje audiovisual de Vimeo.com.

 

Teniendo conciencia que sólo los estudios le propiciarían la movilidad social, el ex edil tras terminar su enseñanza básica, ingresó al INSUCO, Instituto Superior de Comercio de Coquimbo, donde cursó de primero medio a quinto año, recibiendo el título técnico de contador general, con el que llegó a asumir como alcalde de la comuna.

 

Pero antes de llegar a hacerse cargo del municipio en 1992, Pedro Velásquez, logró captar, cuando participaba en la iglesia católica - y donde conoce a Moira Navea, su futura esposa - que si quería ayudar a la gente y escalar en la política, debía seguir el camino de la dirigencia social, y de esa forma apunta a las juntas de vecinos, convirtiéndose en uno de los dirigentes vecinales con mayores inquietudes. Llegó a ser, entre 1989 y 1992, presidente de la junta de vecinos Nº 25, Ánimas del Quisco, y entre 1990 a 1992, presidente de la agrupación de juntas de vecinos Centro-Parte Alta.

Eran tiempos de convulsión social en plena dictadura, pero se abre paso. Paralelamente busca su puesto como dirigente de la DC y postula a cargos comunales, donde encuentra fuerte oposición de algunos más “duchos” en la política, que le pasan “máquina”. Sin embargo, logra posicionarse y entre 1987 y 1988 fue presidente de la Juventud Demócrata Cristiana y en 1989, presidente regional. También se desempeñó como delegado a la Junta Nacional del PDC y consejero del partido.

 

Como dirigente social activo, despierto y ávido de avanzar, se percató que los medios de comunicación eran buenos aliados cuando se trataba de solucionar problemas sociales a la gente y para tener visibilidad también.

Comienza a acercarse tímidamente y a interiorizarse cómo funcionaban las radioemisoras de la época y la prensa escrita, consiguiendo una que otra publicación, las que fueron aumentando en la medida que se acercaba el fin de la dictadura, donde trabaja decididamente por la opción NO.

Sin embargo, el capital que va aquilatando no son suficientes aún como para optar a un cargo público, por lo que paralelamente apunta sus aspiraciones hacia el mundo laboral, teniendo pequeños trabajos hasta que es acogido por el ya fallecido Camilo Henríquez (presidente de la Cámara de Comercio de Coquimbo) quien lo contrata en su ferretería y se da cuenta que es un trabajador ordenado e incansable.

Quizás con el peso de que su padre pensaba que era una pérdida de tiempo estudiar, Velásquez no sólo se recibe de abogado en la Universidad Bolivariana siendo alcalde, sino que propicia que su esposa también siga estudios superiores.

Lo propio hace como edil e insta a decenas de funcionarios municipales que él mismo llevó a trabajar (muchos de ellos también dirigentes de alguna organización) a que estudien carreras profesionales, y así, firma convenios con universidades y financia estudios a trabajadores y trabajadoras con el objeto de que también tuviesen movilidad social.

 

Cuando es elegido alcalde de Coquimbo fue una de las mayores sorpresas, luego que era el menos conocido de los candidatos y con una campaña electoral pobrísima. Sin embargo, por años había trabajado en las juntas de vecinos con los pobladores. De paso, en 1992 se convierte en el alcalde más joven del país, derrotando a grandes candidatos como Jorge Auger, que había sido alcalde RN, pero en dictadura.

Al poco andar, los funcionarios se percatan que es un trabajólico imparable y les cuesta acomodarse a su ritmo.

La comuna comienza a desarrollarse y lo primero que es visible es la pavimentación de calles en todos los sectores de la comuna y posteriormente se embarca en proyectos de infraestructura.

Pero mientras comenzaba a verse un Coquimbo más ordenado y en progreso, comienzan a aparecer denuncias al interior del municipio que llegan a los dirigentes sindicales, denuncias que hablaban de malos tratos principalmente, situación que siempre el ex edil negó.

 

No obstante las acusaciones, Pedro Velásquez siguió adelante, formó equipos para solucionar urgencias a los habitantes y paralelamente se embarcó en proyectos como la Cruz del Tercer Milenio, la Mezquita, el Fuerte Lambert, el Mirador de los Navegantes y otros proyectos que, finalmente, no se concretaron como el Aeropuerto de Tongoy, el Barrio Universitario, la Recova Marina, o el nuevo edificio municipal, hoy terminado.

La construcción de Centros de Salud Familiar, complejos deportivos en los barrios e innumerables obras en las poblaciones, provocan un apoyo incondicional de la gente que lo elige en tres oportunidades continuas. Tras su primera elección en 1992 fue reelecto en 1996, 2000 y 2004, pero este período no lo alcanza a terminar tras ser destituido por los tribunales de justicia.

 

Su periodo alcaldicio termina cuando en 2005 se inició un juicio en su contra por fraude al fisco y negociación incompatible, siendo suspendido de su cargo de alcalde. En 2007, el Tribunal Oral en lo Penal de La Serena lo declaró culpable de los cargos y dictaminó su inhabilitación perpetua para ejercer el cargo de alcalde.

A pesar del apoyo popular, Velásquez es condenado también a devolver del orden de los 150 millones de pesos.

 

Posteriormente se postularía a diputado de la República siendo electo por una amplia mayoría. Esto ocurre el año 2009, al presentarse como independiente. En 2013 decide ir a la reelección en representación del Partido Regionalista de los Independientes, PRI, pero no es electo.

El 19 de noviembre del año 2017, vuelve a ser candidato a diputado por el nuevo 5° distrito dentro del Pacto Coalición Regionalista Verde, resultando electo. En las parlamentarias del año 2021 participó por un cupo al Senado por la 5a Circunscripción, Región de Coquimbo, en calidad de independiente en cupo del Partido Regionalista Independiente Demócrata, dentro del pacto Chile Podemos Más, pero no resultó electo.

 

En la última entrevista que concedió a diario El Día el 6 de septiembre de este año, Pedro Velásquez habló de su salud, su familia y de política. Acá un resumen.

-¿En qué condición de salud se encuentra? Porque se ha especulado de que su cáncer habría avanzado y no se encontraría bien.

“Gracias a Dios, con las 14 quimioterapias que se me hicieron y que terminaron en enero, yo digo que desde los tobillos hacia arriba me siento bien, con buen estado de ánimo, con ganas de hacer cosas, pero de los tobillos hacia abajo, después que estaba casi sano me vino un problema de circulación a la sangre y tengo los pies complicados con hinchazón, pero para poder salir debo tomar pastillas para el dolor y la hinchazón”.

-En lo familiar, ¿en qué circunstancia está y dónde está viviendo?

“Estoy viviendo en Peñuelas con mi familia, con Moira (Navea), con Felipe y Rocío (sus hijos), así que estamos unidos como familia, como todas las familias, con altos y bajos, pero estoy bien porque tengo el cariño de Moira, el afecto de mis hijos. Me siento bien y doy gracias a Dios por eso, ya que al final la familia me ha ayudado mucho en el estado de ánimo”.

-¿Cómo ve la situación de Coquimbo con la actual administración y con su hijo que es concejal?

“No tengo una opinión positiva ni negativa, porque este tema de mi dolencia no me ha permitido estar al tanto de lo que pasa en Coquimbo con honrosas excepciones de cuando uno lee la prensa. Lo otro es que Felipe es bastante autónomo, por lo tanto, él no me consulta, y no porque no quiera, sino que por su estilo es así y si él está ahí, está por algo”.

-Usted fue parlamentario. ¿Qué visión tiene de cómo está el Congreso hoy en día y las grandes diferencias que se ven a diario?

“Yo la pasé muy mal en el Congreso, pero hoy día con el nivel de diputados y diputadas que hay, muchos con trayectoria, en derechos humanos, otros en el ámbito farandulero, todo esto ha generado algo que es complicado para el país, que es que los sectores se ofendan de tal forma que se ven dos bandos irreconciliables cuando ya estamos a 50 años del golpe de Estado que dividió a los chilenos”.

-Usted dice que mucha gente pregunta todavía por usted, pero ¿considera que hubo personas que le dieron la espalda?

“Como en todo orden de cosas, pero es normal y yo lo entiendo porque en gran medida, tanto como en el primer período de (Oscar) Pereira y después Pereira hijo (Marcelo), a todo lo que había de Pedro Velásquez tenían una odiosidad espantosa y especialmente por parte de funcionarios nuevos”.

-¿Cree que Coquimbo tiene una deuda con usted?

“No. Todas las cosas que hice las hice siempre pensando en que yo era un instrumento de Dios y todo lo hacía en su nombre. Por lo tanto, no hay ningún tipo de deuda y tampoco deseo que le vayan a colocar mi nombre a una plaza, calle ni nada, porque yo fui elegido. Me pagaron un sueldo, tuve la oportunidad de estudiar, de viajar. ¡Qué más le puedo pedir y agradecer a la gente de Coquimbo! Entonces, no hay deuda”.