1 de cada 100 niños tienen autismo en el mundo

Adultos autistas: población neurodivergente invisibilizada por la sociedad

Cada día son más las personas que reciben un diagnóstico de autismo en la adultez. Esta condición al detectarse tardíamente puede afectar y dificultar la vida de estas personas, por lo tanto, un diagnóstico temprano se vuelve esencial para promover la igualdad de oportunidades.
martes 11 de octubre de 2022

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 1 de cada 100 niños son autistas en el mundo. Pero si lo llevamos al escenario actual, donde cada vez hay más adultos que reciben su diagnóstico tardío como personas neurodivergentes, ese porcentaje podría variar rotundamente.

En cuanto a Chile, según el estudio de “Estimación de la prevalencia de Trastornos del Espectro Autista en población urbana chilena” publicado en la revista de Pediatría, 1 de cada 51 niños son autistas.

Pero ¿Qué pasa cuando esos niños dejan de serlo y no tienen un diagnóstico a tiempo?

En este sentido, El Día conversó con Domingo Uribe y Claudia Núñez, dos personas que fueron diagnosticados con el espectro autista en la edad adulta. 

Ambos concuerdan que la falta de capacitación de especialistas, de conocimiento en esta área y la escasez de recursos económicos impiden acceder a un test oportuno y a tiempo, lo cual provocó en ellos, una serie de dificultades a lo largo de su vida.

Domingo, quien es músico y luthier -fabricante de instrumentos de flautas- se enteró de su condición a sus 41 años, luego de confirmar el diagnóstico de autismo en su segundo hijo.

Para el artista, recibir el diagnóstico fue “una experiencia tremenda, porque cuando lo escuché empecé a hacer clic con muchas cosas para atrás. Por ejemplo, el conflicto para mí se desencadenaba porque yo no podía hacer las mismas cosas que el resto, lo cual me causó depresión en su momento, entonces saber que soy autista me impactó, fue un duelo”, manifestó.

Sin embargo, destaca que aprendió a sacarle provecho a ciertas cosas, por ejemplo, a sus intereses profundos, entre ellos la música y el arte -algo que caracteriza a las personas autistas según los especialistas, entendiéndose como una cualidad en ellos por su manejo a la perfección de ciertos temas o áreas-. 

Por último, Domingo recalca que, si volviera a nacer, “elegiría de nuevo ser autista, sobre todo en este tiempo, con todo el apoyo que están teniendo mis hijos. Porque es un apoyo que me hubiera gustado tener”.

Por su parte, Claudia Núñez Pizarro, psicóloga y participante de la fundación Nanay, reveló que fue diagnosticada a sus 41 años.

“Fue en febrero cuando supe, pero ya tenía mis sospechas fundadas un mes antes, porque llegué al diagnóstico de una manera bien curiosa, pero bastante típica: a través de mi hija, que también es autista”, expresó.

Al conocer su condición, Claudia experimentó la negación, “Seguí con mi vida, pero a la larga colapsé, me dio una crisis y estuve sin hacer nada durante cuatro días”.

Al igual que Domingo, Claudia concuerda que al descubrir su diagnóstico se le abrió una ventana a muchas respuestas, “de toda mi historial de vida y salud mental, a todas mis rarezas, porque nunca he sido una persona que ha encajado en alguna parte. Sentía que estaba mal hecha, entonces, eso fue lo primero que se derribó cuando supe que era autista, porque en realidad no estoy mal hecha, soy distinta y mi cerebro también”, afirmó.

Por otro lado, Claudia sostiene que un diagnóstico temprano habría torcido su vida para mejor, “hubiera cambiado mi autoestima, en el poder hacerme cargo de mí misma, por ejemplo, en el autocuidado”.

El test A-DOS 2, -que evalúa a las personas que tienen sospechas de ser autistas-, tiene un alto costo asociado, el cual varía entre los 60 mil a 95 mil pesos en La Serena.

Sin embargo, una de las fundaciones que realiza la evaluación a bajo costo es Nanay, un centro multidisciplinario ubicado en Avenida Gabriel González Videla 2287, La Serena.

La fundación cuenta con 13 especialistas, entre ellos, terapeutas ocupacionales, fonoaudiólogos, psicopedagogos, psicólogos, una periodista y educadora diferencial.

Génesis Lagos, fonoaudióloga y una de las fundadoras de Nanay, explica que “por lo general, cuando un adulto recibe su diagnóstico es bien complejo, pero también sanador. Porque quizás tuvieron diagnósticos erróneos toda su vida, de depresión, de trastorno de personalidad limítrofe, bipolaridad, etc. Además, cuando conocen el resultado, nosotros le entregamos el apoyo y contención que necesitan”, cerró. 

 

"Cuando un adulto recibe su diagnóstico de autismo es complejo y sanador, porque quizás toda su vida tuvieron diagnósticos erróneos “, Génesis Lagos.