tras investigar el caso que conmocionó a coquimbo

Qué pasó con “Los Ángeles de Guayacán”? Autor de libro insiste en teoría de derrumbe

El reportero, que escribió un libro al respecto, se afirma en los exámenes tanatológicos que se hicieron a los cuerpos de los menores de edad y en la documentación existente cuando ocurrieron los hechos en 1973.
viernes 19 de abril de 2024

El periodista coquimbano, Mauricio Palma, quien realizó una investigación amplia sobre la muerte de dos niños en Guayacán ocurrida el 24 de diciembre de 1973 - y cuyos decesos aún no son dilucidados - afirma que ambos menores de edad, Rodrigo Palma Moraga y Jimmy Christie Bossy, fallecieron por un derrumbe de tierra mientras jugaban en una de las cuevas que había en el sector.

Dicha hipótesis, de hecho, la plasma en su libro “La Navidad más triste de Coquimbo”, en el cual, asegura, logró reunir una serie de antecedentes que, finalmente, lo llevaron a plantear dicha tesis.

En entrevista con Diario El Día, el profesional relata que él se crió en esa zona de Coquimbo (El Llano) y que, desde pequeño, oyó que los dos menores habían sido asesinados por militares tras el Golpe de Estado de septiembre de 1973, por lo que se decidió a investigar el caso una vez adulto, con el objeto, no sólo de averiguar cómo murieron, sino también dar con los responsables de sus eventuales asesinatos.

Sin embargo, con el paso de la investigación, los datos, pruebas existentes e incluso las declaraciones de algunos testigos que entrevistó, lo llevaron a concluir que ambos perdieron la vida producto de un derrumbe.

Cabe señalar que el juez que investiga la causa en la actualidad, Vicente Hormazábal, ha planteado en entrevistas pasadas con este medio, que él no ha arribado a un motivo concluyente, por lo que continúa indagando antecedentes.

Parte de los argumentos de Mauricio Palma son que “(los niños) murieron en un derrumbe, por la posición de los cuerpos y documentos tanatológicos”, para lo cual, explica “me tocó investigar absolutamente todas las aristas posibles, desde un homicidio, eventual secuestro o la remoción de cuerpos,  y no existía informe tanatológico alguno que confirmara estas tesis. Los cuerpos no presentaban heridas de bala ni trazas de pólvora. Sólo uno presentaba un orificio en el cráneo, el cual se produjo cuando uno de los menores que descubren los cadáveres le provoca esto al intentar removerlo con un palo. Es más, las heridas que presentaban los cuerpos y la posición de como quedaron estos pequeños da a entender que se trató de un derrumbe”.

Palma plantea que es una conclusión muy difícil de asumir, sobre todo, cuando toda la vida conoció esta historia y “esta investigación partió precisamente para descubrir a los autores de este supuesto crimen. Pero las pruebas forenses investigadas eran muy contundentes”, asegura.

No obstante plantea que los vecinos y personas que participaron en la búsqueda, están convencidos de que a los menores los asesinaron. Incluso, uno de los entonces niños que encontraron los cuerpos, cuatro años después de la desaparición,“hasta el día de hoy no cree en esta tesis del derrumbe. Piensa que los mataron”, afirma.

 

INVESTIGACIÓN JUDICIAL

Sobre la indagatoria del caso que lleva adelante desde 2018 el juez Vicente Hormazábal, en entrevista que concedió a Diario El Día en agosto de 2021, se refirió a la teoría del derrumbe.

“Eso puede emanar de los antecedentes, porque los niños estaban tapados con un poco de tierra, pero yo esa versión estoy investigándola. De hecho he interrogado a la gente que participó en la búsqueda, tanto a los familiares y a otras personas más, para determinar si efectivamente en el lugar en donde aparecieron los niños, en esos días, hubo un derrumbe. Pero toda esa zona donde desaparecieron los niños fue rasada y ahora hay estacionamientos. Ni siquiera puedo llegar al lugar físico donde los encontraron. Creo que si hubo un derrumbe, debió haber sido bastante notorio para la gente que los andaba buscando, que era mucha. Yo hablé con los funcionarios policiales que me acompañaron en la diligencia y me dijeron que era muy difícil que eso ocurriera, por la profundidad en la que estaban los cuerpos. También era muy difícil que eso se les pasara a los caninos de búsqueda que utilizaron los carabineros, porque se hizo durante varios días y el olor a putrefacción es inconfundible”, afirmó el magistrado.

Ese mismo año, en entrevista con nuestro medio, la madre de Rodrigo Palma Moraga, Eugenia Moraga, expresó su convencimiento de que a su hijo y a su amigo los habían asesinado, y recordó que miembros de la policía de la época le dijeron que “les dispararon de los estanques. Vieron que arriba había movimiento y les dispararon. Cuando vieron que eran niños quizás qué hicieron, no los van a ver más”.

Sobre esto último, señaló en esa oportunidad, que durante décadas trataron de ubicar a esos policías, pero que todo esfuerzo fue infructuoso.

 

LOS HECHOS

El 24 de diciembre de 1973, a los niños, Rodrigo Palma Moraga y Jimmy Christie Bossy, se les perdió la pista y, pese a la búsqueda incansable de sus padres y vecinos del sector de Guayacán, no los ubicaron. Sin embargo, sus cuerpos aparecieron en 1977 enterrados en un sector que había sido rastreado muchas veces.