Restauran cruz de Arzobispo Subercaseaux

El lugar donde el religioso de La Serena murió en un accidente automovilístico en las cercanías del pueblo de Condoriaco en agosto de 1942 se transformará en lugar de recogimiento.
lunes 15 de agosto de 2016

 

El 10 de agosto de 1942  el pueblo minero de Condoriaco se preparaba para celebrar  simbólicamente la Fiesta de San Lorenzo. Se trataba de la principal actividad religiosa  con que el clero y sus pobladores festejarían al santo patrono de los mineros.  La localidad aparecía como uno distritos más pujantes en esta actividad, sobre todo tras el descubrimiento de los yacimientos de plata en Arqueros. Además, sus vecinos complementaban la actividades con la ganadería.

 

La celebración  había  generado expectación, sobre todo porque  se había anunciado una visita ilustre: El nuevo Arzobispo de La Serena, monseñor, Juan Subercaseaux Errázuriz. Sólo hace dos años había asumido  el cargo y quería  recorrer los templos que pertenecían a su jurisdicción.

Sin embargo, la anhelada  actividad  terminó transformándose en tragedia. El religioso sufrió  un accidente automovilístico   en una empinada cuesta estaba a pocos  minutos del pueblo. Según el relato de lugareños el día del hecho llovía intensamente y  el conductor que manejaba el vehículo enfrentó el volcamiento de la máquina tras lo resbaladizo del estrecho camino.

 La noticia se esparció rápidamente y provocó  impacto  entre los fieles.  Horas antes  el arzobispo había estado en Almirante  Latorre junto a sus habitantes.  En esta localidad donde se desarrolla  una Fiesta Religiosa desde 1925, existe un especial recuerdo. De hecho,  en el interior del templo, existe unas de las pocas fotografías de Subercaseaux, como una forma de reconocer su labor pastoral. 

LA CRUZ DEL RECUERDO

Durante  décadas el trágico deceso fue recordado con una animita que con el tiempo se convirtió  en una enorme cruz  con una inscripción con su nombre  y la fecha del deceso. Por lo solitario  del paraje la estructura llamaba la atención de los automovilistas y la mayoría bajaba para interiorizarse de su historia.

Pero,  con el paso del tiempo y los continuos arreglos al camino, la cruz  comenzó  a deteriorarse. Es por ello que este año comenzó  a gestarse una iniciativa para junto con  recordar  la imagen del prelado y su trabajo pastoral, también se desarrolló un proyecto para  destacar el entorno. “En una oportunidad pasé  por el lugar y vi en las condiciones en que estaba y algo había que hacer por recuperarla”, destacó Miguel Piñones,  colaborador del trabajo pastoral  de la Iglesia San Juan Evangelista.

En esta tarea surgió  un trabajo en conjunto con la minera San Gerónimo, quien actualmente está  colaborando  en  el mejoramiento de la cruz y del espacio. De hecho, El Día logró  conocer los avances de las labores, que se estima se  inaugurarán en el mes de septiembre.Incluso, se tiene comprometida la visita del propio Arzobispo, René Rebolledo. “Con la compañía minera se comenzó a coordinar  el tema de los materiales”, resalta Piñones.

HISTORIA RELIGIOSA

Juan Subercaseaux Errázuriz, había sido ordenado sacerdote el 3 de abril de 1920 y en 1935, obispo de Linares y luego de cinco años de  labor  en dicha diócesis, fue promovido a Arzobispo y trasladado a la arquidiócesis de La Serena a principios de 1940. Asumió oficialmente  el 9 de abril de ese año en medio del recocimiento de la feligresía. Fue  hijo de Ramón Subercaseaux Vicuña, un diplomático de carrera y embajador  de Chile en la Santa Sede por más de dos décadas y de la escritora, Amalia Errázuriz Urmeneta, escritora.  Fue educado  en una familia profundamente católica y estudió  en el prestigioso colegio  jesuita de Santiago,  “San Ignacio” y desde allí pasó directamente al Seminario mayor de Santiago, para continuar su educación.