Restaurando una pieza de historia

Para finales de este mes se espera que esté terminada la restauración del monumento del exmandatario, aunque no se descarta una nueva intervención
Restaurando una pieza de historia
Restaurando una pieza de historia
domingo 16 de junio de 2013

La mañana del 8 de octubre de 2012, la estatua levantada en honor al expresidente Gabriel González Videla amaneció completamente violentada. Había sido bañada con pintura roja, empapelada con panfletos que aludían a la “Ley maldita” y amarradas a su brazo yacían varias muñecas Barbie.

LA CIFRA

1981

fue la fecha en que la estatua de Gabriel González Videla llegó hasta la plaza del mismo nombre. Cinco años más tarde recibiría su primer ataque.

Según adelanta el restaurador, a fines de junio la estatua de Gabriel González Videla podría estar completamente restaurada. “Es un proceso lento, hay que ser muy cuidadoso de no dañar la imagen”, precisó Gómez.
Además de remover la pintura, el proyecto estipula la reposición de unas piezas de granito gris mara que fueron robadas desde la base del monumento. Sin embargo, la estatua también sufrió el robo de una de sus placas de bronce la que, según el restaurador no se tiene certeza de cuándo desapareció, “obviamente la robaron por el material en el que está hecha, pero no se puede reponer porque no hay registro de qué era lo que tenía inscrito en ella”, explicó.
En cuanto al proceso de restauración, Javier Gómez aseguró que todos los productos que se utilizaron en la estatua están especialmente diseñados para no provocar daños en ella. Incluso afirmó que luego de terminado el trabajo se aplica una capa de antigrafiti que agilizará el proceso de limpieza en caso de un nuevo ataque, aunque señaló que “no es una solución permanente, no va a evitar que la pintura se adhiera, sólo servirá para sacar la pintura con más facilidad siempre y cuando se actúe con rapidez”, resaltó.

 

OTROS ATAQUES. La estatua de Gabriel González Videla ya había sufrido un atentado del cual todavía quedan huellas. En 1986, como mecanismo de protesta ante el gobierno militar, se produjo un ataque que terminó arrancándole la pierna derecha y causando daños en toda la estructura.
Javier Gómez cuenta que ese color amarillento que se puede observar en el monumento es testigo de aquel ataque. “Cuando la restauraron, por alguna razón, la pintaron con ese color, no es parte de la imagen original” recalcó el restaurador, quien agregó que planea presentar un proyecto para eliminar esa coloración y dejarla tal cual como estaba cuando llegó en 1981, aunque no adelanta fechas.
Otra de las estatuas que ha sido víctima de actos vandálicos de este tipo es la imagen de Francisco de Aguirre, ubicada en la intersección de la avenida del mismo nombre con la Ruta 5. Recordado es el episodio que se vivió el 2009 durante el aniversario de La Serena, cuando se descubrió que le habían lanzado pintura al monumento, además de adherirle panfletos que aludían a reivindicaciones indígenas y distinguir la frase “Huanhualí vive”.
El restaurador expresó que “la estatua de Francisco de Aguirre es mucho más compleja de restaurar ya que su base de piedra porosa tiende a absorber la pintura y si no se aplican las medidas correctas, el daño puede empeorarse”.

MEDIDAS. En su rol de reparar los daños causados a los monumentos, Javier Gómez lamenta mucho estos ataques, “son muy desagradables. No sé qué pasó en la ciudad, de un tiempo a otro están apareciendo rayados constantemente”.
Asimismo, enfatiza que es necesario tener un plan de contingencia frente al tema, “la única forma de cuidar las estatuas es mantener una lucha constante en la limpieza de las imágenes. La gente que provoca los ataques terminará por desistir”, concluyó.
Gómez confesó que le llamaba bastante la atención el caso del edificio del Servicio de Salud Coquimbo, pues, según cuenta, “cada vez que alguien raya o hace un grafiti ahí, el personal de la institución se encarga de borrarlo inmediatamente”, destacó.