Pedro Castillo Díaz: Un combarbalino por adopción

Si bien no eligió dónde nacer, sí eligió dónde servir. Este médico llegó a Combarbalá en 2007 y allí sentó sus raíces. Oriundo de Talcahuano, hoy se siente un limarino más, por ello asumió la alcaldía como un gran desafío.
Pedro Castillo Díaz: Un combarbalino por adopción
Pedro Castillo Díaz: Un combarbalino por adopción
sábado 22 de febrero de 2014

El médico cirujano Pedro Miguel Ángel Castillo Díaz podríamos decir que es un alcalde mateo, bajo la premisa de que para él las decisiones no pueden ser viscerales, se acostumbró al método de trabajo que adquirió como estudiante de Medicina, donde todo requiere raciocinio, pues plantea que para tomar buenas decisiones siempre hay que informarse, así como para dar una opinión. “A veces es mejor esperar un minuto o un día y tomar una buena decisión, el apresuramiento puede significar un error y en el caso de un médico, una vida”.

Si bien no es militante de ningún partido político tiene afinidad por la ex-Concertación, especialmente por la democracia cristiana, por ello asumió el desafío de postular al cargo edilicio y lo hizo pensando en el bienestar de los combarbalinos que, cariñosamente, lo acogieron en 2007, a su llegada al recinto hospitalario.

Entre el médico y el alcalde

Para muchos es compleja la asociación entre política y medicina, pero son innumerables los ejemplos de médicos con vocación social. La duda es poder dilucidar las semejanzas, pero también las diferencias entre el Pedro Castillo que ejerció como médico y el actual alcalde.

“Las semejanzas que aprendí que en el hospital no siempre el paciente que grita más es el más enfermo, en la municipalidad no siempre el vecino que pide más es el que más necesita”. El análisis que hace el alcalde Castillo es que se deben hacer buenas lecturas de los requerimientos de la gente, hay que aprender a filtrar.

En cuanto a las grandes diferencias está el hecho de que un médico termina su jornada laboral, se va a su casa el fin de semana y vuelve el lunes siguiente a trabajar, pero el alcalde está permanentemente laborando, aunque esté de vacaciones o con permiso, siempre tiene que estar disponible para alguna contingencia que se pueda generar en la comuna.

El desafío

Su vínculo con la política surge a propósito de la solicitud que le hicieron los partidos de la ex-Concertación. La decisión de presentarse como precandidato a alcalde fue meditada y analizada en conjunto con su familia. Una vez hecho esto tomó la decisión con el brío de luchar por la comuna que lo adoptó. Pero siempre independiente, aunque tiene afinidad doctrinaria y política con la DC, con la que se siente muy representado y donde espera militar.

El doctor Castillo es un hombre de desafíos y así enfrentó su llegada al sillón edilicio de la comuna limarina. El primero de ellos fue rectificar la desmejorada situación económica del municipio. “Habíamos perdido la credibilidad con proveedores, con dirigentes sociales, ya que prácticamente no había flujo de caja, no teníamos capacidad de pago. Pero durante este primer año de gestión hay hitos super importantes que han marcado el trabajo, como por ejemplo, que logramos pagar la totalidad de la deuda que teníamos con la empresa proveedora de electricidad”.

El gerente y el rock

El doctor Castillo es un amante del fútbol, que antes de entrar en la política, fue su hobby por años. Es un colocolino de corazón y le decían el gerente, como a Carlos Caszely, porque ponía la firma al final, ya que comparten la misma posición al jugar, delantero y goleador.

“Siempre me ha gustado el fútbol, soy un hincha acérrimo del deporte y practicaba mucho con mis compañeros de trabajo, con mis colegas médicos en las canchas del hospital, ahora por mi nueva ocupación no he tenido mucha oportunidad”.

Sin embargo, con una labor tan absorbente como la edilicia el tiempo que le queda disponible trata de dedicarlo entero a su familia. “Los espacios en que no tengo exposición pública trato de tenerlos con mi familia, en privado, compartir con ellos, dedicarles también mi tiempo en cantidad y en calidad a mi hijo, a mi esposa y a veces, cuando hay alguna oportunidad, viajo al sur a visitar a la familia que está allá”.

En cuanto a los gustos musicales el alcalde es bastante localista. Es un admirador del rock chileno, especialmente de la cuna en la que se convirtió Concepción, pues desde sus tierras en la Octava Región provienen dos de las bandas que admira, Los Tres y Los Bunkers. Sin embargo, el grupo que más llena sus oídos es el trío penquista, incluidos sus derivados Petinellis, Álvaro Henríquez y Angel Parra Trío.

“Lo que pasa es que Concepción ha sido cuna de grandes músicos, entonces, claro, son grupos de rock chileno, conocidos a nivel nacional e internacional. Los Tres y Los Bunkers tienen un arraigo en Concepción, por lo que de muy joven me acostumbré a escucharlos y siempre he disfrutado mucho de su música”.

Lectura, pero de política

El alcalde Castillo tiene como afición la lectura, pero no ha podido ingresar a las novelas y otros estilos, ya que desde que entró en los libros de política, no ha podido moverse. Con el tiempo se ha dado cuenta de que siempre termina revisando ese tipo de libros. Sin embargo, también disfruta de la historia. Tiene un libro pendiente en ese ámbito, “La Historia Sanitaria Chilena”, que espera poder comenzarlo en estos días.

“Acabo de terminar el libro de Ascanio Cavallo sobre el golpe de Estado muy interesante -Golpe, 11 de septiembre de 1973-, una recopilación histórica realizada por el periodista. Pero siempre mi ámbito de lectura ha sido la política. También leí “Radiografía de una derrota”, de Eugenio Tironi, libro bien polémico, y otros más”.

Desde el sur

A sus 32 años, está casado hace un mes con Angie Medalla, la combarbalina que irrumpió en su corazón hace cinco años y con quien fruto de ese amor tuvieron al pequeño Mateo (5). Él no sólo ha sido director del Hospital de Combarbalá, sino que desde 2012 y gracias al 42,84% de los votos se convirtió en el edil de esa comuna limarina. El alcalde Castillo es oriundo de Talcahuano y estudió Medicina en la Universidad Católica de la Santísima Concepción.

Proviene de una familia de enfermeros y es parte de la tercera generación de su ascendencia que logra llegar a la universidad. Él decidió llegar a Combarbalá y por ello se siente uno más de su querida comuna. “Me siento un combarbalino por adopción, básicamente, si bien es cierto no elegí dónde nacer, sí elegí dónde servir y yo libremente decidí servir en la comuna de Combarbalá”.

Se formó como médico y postuló al concurso de médicos generales de zona, en ese proceso optó por el cargo en el Hospital de Combarbalá. Luego de trabajar cerca de un año y medio como médico, le correspondió asumir la dirección del establecimiento por tres años y medio. Lo que más le enorgullece de esa gestión fue el primer lugar nacional en la Encuesta de Satisfacción Usuaria de Atención Cerrada, es decir del Área Hospitalizados en Chile, lo que fue reconocido a nivel regional e incluso a nivel nacional con la visita del ministro de Salud.

A este profesional lo mantuvo en Limarí el amor de su esposa, que es combarbalina, pero también el diagnóstico de que en Combarbalá se requería un impulso mayor para obtener mejor calidad de vida para los vecinos. “Sentí el deseo, la necesidad de poder quedarme en la ciudad para poder hacer un aporte mayor al que creo hice como médico, ahora administrando a toda la comuna”.

La jornada y el trabajo en terreno

El alcalde se quedó con los hábitos del médico, uno de ellos el inicio de la jornada laboral. Esta comienza a las 07:30 de la mañana. Es el primero en llegar a la alcaldía, una hora de soledad en la que aprovecha para revisar los pendientes, avanzar en los correos electrónicos y revisar la agenda. Su jornada la finaliza a eso de las 20:30 horas

Los fines de semana, Castillo hace trabajo en terreno, de participar en las actividades de los distintos sectores. Plantea que es importante ser un alcalde que no sólo gestione desde su oficina, sino que los acompañe en todos los momentos que resultan relevantes para los vecinos. “He tratado de darme el tiempo de acompañarlos en la mayor cantidad de actividades que he podido, según mi tiempo”.

El prejuicio y la ruralidad

Castillo plantea que su juventud en un comienzo fue un tema, al querer asumir este desafío político, pero la sociedad combarbalina valoró el hecho de que una persona joven podía darle nuevos bríos al trabajo municipal. “Asumí la responsabilidad de ser joven porque siempre vamos a estar en tela de juicio por nuestra falta de ‘experiencia’, por lo que el voto de confianza que me dio la gente es muy importante y he tratado de vincular a más jóvenes a la administración del municipio, básicamente porque necesitamos en algún momento un recambio generacional”.

Respecto a lo complejo que resulta ejercer tanto la medicina como el cargo edilicio en una comuna como Combarbalá, para el médico lo difícil es que hay escasez de medios, no hay especialistas, el traslado más cercano es hasta la comuna de Ovalle y por un camino en malas condiciones. En tanto, “el tema de ejercer la alcaldía plantea que también es complejo en el sentido que estamos distantes de la capital regional, no tenemos el acceso de otros ediles que pueden llegar con mucha más facilidad que uno, pero ahí creo que esta la gracia de quien administra, para poder dar a conocer las necesidades de su comuna”.