Colegio SER: Una cruzada por la educación inclusiva

El establecimiento para niños con necesidades especiales creó una fundación, ya que quieren acompañar a los niños más allá de su periodo escolar
Colegio SER: Una cruzada por la educación inclusiva
Colegio SER: Una cruzada por la educación inclusiva
domingo 20 de octubre de 2013

Verónica Sepúlveda recién salía de la universidad cuando junto a su esposo tomaron una decisión que les cambiaría la vida. Ellos eran voluntarios en un hogar de menores y ahí conocieron a Alexandra, una pequeña de dos años con un leve retraso mental, que sencillamente les robó el corazón y decidieron adoptarla. “Elegimos tenerla, pese a que nos advirtieron que sería muy difícil, porque en ese momento era una niña que ni siquiera se movía”, recuerda Verónica, quien ha sabido salir adelante junto a su hija, en gran medida debido a que se encontró por esas circunstancias de la vida con el colegio Ser, en donde hoy Alexandra cursa segundo básico y ha tenido una notable mejoría. “La doctora la última vez me dijo que su intelecto había aumentado considerablemente, y que teníamos que reevaluarla”, cuenta la feliz madre, quien además, hoy es presidenta de la Fundación Educacional Ser, creada hace pocos días precisamente con el objetivo de fortalecer la enseñanza inclusiva que ellos imparten desde hace ya 19 años.

LA CIFRA

36

niños hoy reciben su educación en el Colegio Ser.

 

Y es que pese a que en el establecimiento se sienten orgullosos de poder brindarles educación a 36 pequeños que no tienen cabida en la educación regular, sólo pueden hacer clases hasta octavo básico. No cuentan con los recursos suficientes para extender la enseñanza hasta cuarto medio, y así no dejar a la deriva a los alumnos que han encontrado ahí su lugar. Así lo afirma la directora del establecimiento, Patricia Pavés Herrera. “Necesitamos que este colegio crezca. En La Serena y en la región hay muy pocos para la cantidad de niños que lo necesitan”, afirma.
Resulta que este recinto no sólo atiende a niños con capacidades diferentes, sino que está enfocado en aquellos niños que, según indica la directora, “ningún otro colegio quiere recibir, tenemos alumnos con hiperactividad severa, con déficit atencional, que requieren de un tratamiento diferenciado y que no se les brinda en otros lugares”, precisa la académica.
Y es que ese es el principal motor de un colegio inclusivo. “Acá no hacemos prueba a nadie, recibimos a todos, porque creemos en esto, y yo soy una convencida de que niños como los nuestros también pueden y deben recibir una educación de calidad”, agrega
Pero la mujer está temerosa. Resulta que no le gustaría que sus pequeños tuviesen que abandonar el establecimiento una vez que terminen octavo básico. Por ello, hace un llamado a la comunidad para que apoye a la Fundación y puedan llegar a cuarto medio. “La sociedad tiene que despertar y darse cuenta de que todas las personas tienen capacidades distintas, no puede ser que los niños no tengan una garantía para estudiar donde ellos se puedan sentir nutridos. Creo que la fundación es un gran avance que toda la sociedad debería tener”, insistió.
Lorena enfatiza en que ella, como apoderada, se da cuenta de los esfuerzos que hacen quienes trabajan tanto en el colegio como en la Fundación y valora que puedan hacer tanto con tan poco. “Era necesario crear esta fundación porque necesitamos sumar a gente a esto, y que nos ayuden y sean parte del proyecto”, agrega.

Un emprendimiento

Pero el afán del Colegio Ser por ayudar a estos niños a surgir no se detiene cuando termina su educación. Y es que están conscientes de que a muchos de ellos, principalmente los que tienen capacidades diferentes, les costará mucho ingresar al mundo laboral o a la universidad para estudiar una carrera. Por ello, las aspiraciones de la Fundación van más allá de crear las condiciones para que los alumnos lleguen hasta cuarto medio, sino que pretenden a través de la Fundación, reunir los fondos necesarios para crear una microempresa para que una vez que terminen sus estudios, puedan tener la oportunidad de trabajar. “Para eso necesitamos el apoyo de toda la comunidad, de los empresarios y de la gente que nos pueda colaborar en esta cruzada, ya sea económicamente o los profesionales a través de su trabajo, para poder lograr realizar esta microempresa y también para que podamos dar educación hasta cuarto medio”, indicó la presidenta de la Fundación Educacional Ser, Verónica Sepúlveda, madre de Alexandra.

Han vivido la discriminación

••• Muchos de los niños que llegan al colegio Ser han sufrido la discriminación en otros establecimientos que no están capacitados para entregar la educación especial a los alumnos. Uno de esos casos es el de Marcela Hernández, madre de Tomás, un niño de 14 años con déficit atencional severo y con un trastorno en el aprendizaje. Cuenta que una vez, “él nos llamó llorando desde el colegio y nos contó que el profesor lo había corrido de la sala diciéndole que molestaba a todos y que no quería que desconcentrara a sus compañeros. Eso fue duro para él, incluso tuvimos que sacarlo de ese colegio”, indica.