Carretera hídrica podría significar 30 mil nuevas hectáreas cultivables en la región

Desde hace un tiempo se viene analizando la posibilidad de traer agua desde la zona sur del país hasta las ciudades ubicadas en el norte. Para ello se han diseñados dos iniciativas, un ducto a través del fondo marino y otro bajo tierra, siguiendo el trazado de la Ruta 5.
Lo concreto hasta ahora es que ambos proyectos cuentan con el soporte tecnológico necesario para llevar a cabo una obra de esta magnitud, es decir, es posible concretarlo. Pero como todo tipo de iniciativas de esta envergadura se requiere de recursos para su construcción y los estudios necesarios para respaldar su rentabilidad. Es decir, su viabilidad dependerá del caudal de agua que sea requerido en los puntos de distribución.
Es por ello que la Comisión Nacional de Riego (CNR) encargó al Laboratorio de Análisis Territorial de la Facultad de Ciencia Agronómicas de la Universidad de Chile, un estudio denominado “Diagnóstico de la demanda hídrica en el norte de Chile”. La investigación tuvo un costo de 35 millones de pesos.
El objetivo fue determinar la demanda hídrica potencial con una seguridad de un 85%, para una superficie de nuevo riego de 100 mil hectáreas y caracterizar las especies productivas o cultivos de alta rentabilidad relacionadas a dicha superficie. El estudio se concentró entre las regiones de Arica y Parinacota por el norte y Valparaíso por el sur.
“El objetivo era poder determinar cuál debía ser una demanda potencial de agua por el sector agrícola en el norte de Chile considerando que hay sobre la mesa diversos proyectos de mega-trasvase de agua hacia el norte desde las regiones del sur. En definitiva, necesitan de información o estimaciones serias y formales para poder determinar si existe o no viabilidad o demanda por parte del sector agrícola de esas regiones. Es decir, se busca responder la pregunta; ¿Hay la demanda por agua por parte del sector agrícola que permita pagar estos costos de trasvase?”, indicó a El Día, Cristián Rodríguez, jefe de la división de estudios y programas de las Comisión Nacional de Riego.
El especialista indicó que el estudio arrojó una demanda incremental, es decir, una cantidad de hectáreas que se pueden sumar a las actuales.

“Lo que se hizo fue un cruce de información en torno a la caracterización agroclimática, requerimiento de los cultivos en términos climáticos y de temperatura, de pendientes, lejanía de la costas, de tal forma de ir viendo qué cultivos se puede plantar que cuenten con condiciones que les permitan producir con buenos rendimientos en el norte. De acuerdo a eso se llegó a la conclusión de que existen aproximadamente 225 mil hectáreas que son cultivables y que se pueden plantar o cultivar, de tal modo que permita pagar el costo por metro cúbico trasvasado”, precisó Rodríguez.
De acuerdo al estudio, la expansión agrícola calculada representa una demanda hídrica estimada total de 92,50 metros cúbicos por segundo, la que representa el caudal requerido para satisfacer las necesidades de riego con un 85% de seguridad. Este caudal demandado se reparte de norte a sur en 16 localidades.
En el caso de la Región de Coquimbo también se presentaría un considerable aumento en la cantidad de hectáreas cultivables. “También existe superficie muy interesante para poder desarrollar agricultura y cuenta con la ventaja que es la distribución más al sur de la demanda. Por eso podría pagar un costo por metro cúbico menor por el agua que la que pagarían los regantes del valle de Azapa, porque es más lejos. Aproximadamente 30 mil hectáreas podrían ser anexadas al cultivo actual de la región”, finalizó el jefe de la división de estudios y programas de la Comisión Nacional de Riego.