José Luis Gioja, gobernador de San Juan: El renacer de un líder

En la plenitud de su carrera política y cuando se cumplía uno de sus grandes sueños, el avance concreto del túnel de Agua Negra, la autoridad sufrió un grave accidente en helicóptero que lo dejó en un delicado estado de salud. Tras 5 meses, recuerda estos complicados momentos y cuenta cómo este hecho lamentable cambió su forma de ver la vida
José Luis Gioja, gobernador de San Juan: El renacer de un líder
José Luis Gioja, gobernador de San Juan: El renacer de un líder
sábado 15 de marzo de 2014

Es el 24 de abril de 2013 y en la provincia de San Juan se desarrolla el XXII Comité de Integración Túnel Agua Negra, que reúne a diversas autoridades e instituciones de la provincia trasandina y la región de Coquimbo. En el Centro Cívico de la ciudad, un salón repleto espera el inicio del evento que presenta un leve retraso, “hay que esperar que llegue el gobernador”, advierten desde la organización. De repente hay movimiento, al unísono la gente se pone de pié y comienza un aplauso cerrado que se extiende por varios minutos. Entre la multitud, se puede ver a un señor alto y de canas saludando como un “rock star”. Entre los chilenos nos miramos, el comentario fue sólo uno: “cómo lo quiere la gente”.

José Luis Gioja es un líder nato y de eso no cabe duda. Así lo ha demostrado también en las urnas. En 2003 fue elegido gobernador de la Provincia de San Juan, cargo en el cual fue reelegido en 2007 y el 8 de mayo del 2011 ganó una consulta popular que le permitió reformar la Constitución Provincial para ser candidato por tercera vez consecutiva. El 10 de diciembre del 2011 asume su tercer mandato.

Pero su carrera política es extensa. Según consta en su curriculum, entre 1987 y 1991 se desempeña como diputado provincial, en 1991 es elegido diputado nacional por San Juan, cargo en el que fue reelecto en 1995. No obstante, al tiempo después declinó al cargo para asumir como senador acional, luego de la reforma constitucional que aumentó el número de escaños en el Senado. El 2001 es reelecto. 

Nació el 4 de diciembre de 1949 en la tierra que ejerce su mandato. Está casado con Rosa Palacio, con la cual tiene 4 hijos. Cursó estudios secundarios en la Escuela Normal de Jachal, egresando con el título de maestro normal regional nacional. Además, es ingeniero agrimensor egresado de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Cuyo, con sede en San Juan.

Reconoce que tiene una vida muy agitada y que mantiene un carácter “trabajólico”. En esta tarea traspasó las fronteras y llegó hasta la Región de Coquimbo para convencer a las autoridades locales de la importancia de potenciar la integración entre ambas regiones. Con esa premisa, gran parte de su mandato se ha dedicado a impulsar el que se ha transformado en uno de sus principales anhelos, la construcción del túnel de Agua Negra, que conectará a la provincia de San Juan con la Región de Coquimbo.

Quienes lo conocen aseguran que esto se ha vuelto casi una obsesión para el gobernador, “él se duerme por la noche y despierta por la mañana pensando en construir el túnel”, declaró alguna vez en una entrevista con El Día Aníbal Moreno, su director provincial de Turismo. 

En estas gestiones ha llegado en innumerables ocasiones a la zona, donde señala que ha hecho “grandes amigos”. Acá también ha demostrado sus innegables dotes de orador, recalcando siempre los lazos entrañables que lo unen con los “hermanos chilenos”.

Por eso el 2013 fue uno de sus grandes años. Tras las diversas tratativas, se logró que los gobiernos de ambos países dieran la autorización para iniciar un llamado internacional, que tenía como objetivo convocar a las empresas a manifestar su interés de participar de la próxima licitación del túnel.

Gioja recibió la noticia con emoción y declaró con entusiasmo que “se iniciaba un camino sin retorno hacia la integración”. 

El 21 de octubre de ese mismo año se conocerían los nombres de los postulantes y se anunciaba una gran ceremonia en Santiago a la que, por cierto, asistiría. Esperaba con ansias ese momento, pero dos semanas antes todo cambió.

EL ACCIDENTE QUE CAMBIÓ SU VIDA
El 11 de octubre de 2013 y tras regresar de una actividad oficial, el gobernador de San Juan, acompañado por el diputado Héctor Daniel Toma, el secretario de Gobernación Héctor Pérez y la diputada Margarita Ferrá de Bartol se dirigió hasta la zona de Valle Fértil para abordar su helicóptero, el que tras chocar con unos cables se precipitó a tierra dejándolo con lesiones graves. La diputada, en tanto, no sobrevivió.

Tras 5 meses, diversas operaciones y una complicada rehabilitación, el líder sanjuanino ha comenzado a retomar sus actividades. Continúa con el ánimo de siempre aunque, en entrevista con El Día, reconoce que el hecho cambió su forma de enfrentar la vida. 

“Sirve para aprender un montón de cosas, para quererte más, para manejar bien los tiempos, para seguir sosteniendo que nadie es imprescindible, para ratificar que Dios existe y te ayuda, para pensar en las cosas más comunes de la vida que cuando no las tienes las valoras, porque estar casi 4 meses de espalda sin poder ir al baño, sin poder moverte, la verdad es que es lindo contarlo, pero vivirlo no es fácil”, declara.

“Está demostrado que la vida en un segundo algún hecho te la cambia totalmente. Esto es lo que me pasó a mí, pero, bueno, por suerte Dios existe y ayuda al que se deja ayudar y la verdad es que con esa ayuda hemos podido salir”, indicó.

Su tono de voz cambia al recordar estos duros momentos, se emociona. “Yo me acuerdo hasta cuando el helicóptero salió y tocamos el primer cable. Cuando nos elevamos se levantó muchísima polvareda, porque estábamos en una cancha de fútbol que cuando llegó el helicóptero estaba bien regada, no hubo tierra y aterrizó bien. Pero eso fue a las 9 de la mañana, cuando salimos a las 3 de la tarde no había una gota de esa humedad”. 

“Cuando el helicóptero arqueó las paletas para subir se levantó una tierra infernal que confundió todo y creo que confundió también al piloto y le escapó el rumbo. En vez de salir para donde teníamos que salir tocamos los cables, hasta ahí me acuerdo, después no recuerdo más nada”.

Lo que más tiene presente, dice, son los gritos de la diputada Ferrá de Bartol. “Perdimos a una compañera, yo todavía tengo grabados los gritos de ella cuando la tierra no dejaba ver nada, fue una situación muy complicada y me imagino que eso lo tiene que haber perturbado también al piloto, pero ya pasó, por suerte”, sostiene. 

Fueron instantes muy difíciles, reitera. Lamentablemente, indica, cometió el error de subirse a la aeronave y no ponerse el cinturón de seguridad, “cosa que aprendí que no hay que hacer”. 

Esto hizo que con el fuerte movimiento saliera expulsado. “Cuando el helicóptero cae de costado, a mi me tira para afuera, se abre la puerta o la abro yo, la verdad es que no lo sé, y yo aparezco afuera, como a 5 ò 6 metros de donde estábamos. Por suerte no se incendió, la verdad es que tuvimos muchísima suerte a pesar de la desgracia”.

Luego vino la desconexión. “Yo diría que los 45 o 50 días que estuve en San Juan, en el hospital público Rawson muy bien atendido, los tengo borrados de mi mente, no recuerdo prácticamente nada. Cuando mellevan a Buenos Aires para completar la rehabilitación es ahí donde yo tomo conciencia y despierto”. 

Estuvo varias semanas conectado a un respirador artificial y las complicaciones de las heridas llevaron a los médicos a intervenirlo en tres ocasiones. Se comenzaba a temer lo peor. “Después fueron casi dos meses más bastante duros, complicados, pero, bueno, siempre se puede, el hombre siempre puede, es el único animal que si le pone ganas, le pone esfuerzo, aguanta todo. Así que, con ese razonamiento y con la ayuda de Dios hemos podido superar un montón de problemas, hoy estoy hablando con usted, por suerte”.

Fue precisamente esa fe la que lo mantuvo vivo, asegura, además de que sentía el cariño de la familia y su gente. “Tanto afecto y tanta gratitud de los sanjuaninos hay que devolvérsela, carga las pilas mucho y da muchas ganas de seguir trabajando. Ahí es donde uno tiene que poner lo que tiene que poner, tener paciencia para hacerle caso a los médicos”.

“Tal vez hemos hecho la recuperación en un tiempo menor al previsto, le hemos puesto obviamente mucho esfuerzo, muchas ganas. Los sanjuaninos le han puesto mucha fuerza, mi familia, creo que ha habido un montón de actores que con ruegos, con oraciones, con alguna pasión han apostado a que me pueda recuperar. Hay que querer la vida, seguir trabajando mucho y sacar fuerzas, toda la que uno pueda para cumplir con los compromisos”.

Ya más tranquilo, a sus 64 años señala que ve la vida desde otra óptica y que este hecho desafortunado le ha permitido valorar lo que tiene. “Las cosas mínimas que uno tiene, cuando no las tiene, las valora y yo ahora las valoro. El poder tomar un vaso de agua, comer, cosas que son tan normales, tan comunes, cuando uno está en esa situación no las puede disfrutar”, indica.

Ahora su único anhelo es volver a trabajar y lo motiva el hecho de que confía que este año se va a cumplir uno de sus grandes anhelos, la licitación de Agua Negra. “Yo creo que sí, estoy seguro que sí, además el estado de nuestra obra lo amerita, tener proyecto técnico, tener actitud financiera, tenemos prácticamente todo, las empresas para seleccionar, las que están capacitadas para hacer la obra, todo para poder hacer un llamado a licitación”, especificó.

Pese a su euforia, igualmente es consciente de que se debe cuidar. “Estoy en un proceso de recuperación, no al 100%, al 80% diría, estoy trabajando mucho para sanarme bien y lo que más quería era volver a San Juan, estar acá con mi gente, el poder cumplir con lo prometido a los sanjuaninos y es lo que estoy haciendo”, enfatizó.