Red asistencial preparada

Aislamiento y unidad especializada: El protocolo para enfrentar viruela del mono en la región

En caso de que se detecten contagios del virus, el primer paso es aislar a los pacientes y realizar seguimiento por al menos tres semanas. Hospitales de Coquimbo y Ovalle ya tienen equipos preparados para recibir un posible infectado.
lunes 20 de junio de 2022

El pasado viernes se informó el primer caso de viruela del mono en nuestro país. El paciente, detectado a través de un test PCR, es un adulto joven de la Región Metropolitana que habría realizado un viaje a Europa y que, tras varios días en Chile, presentó  decaimiento y manchas en la piel.

Si bien se encuentra en buenas condiciones y sin complicaciones, el primer contagio de esta temida infección encendió las alarmas y llevó al sistema público a implementar los protocolos ante el inminente avance de esta enfermedad en el territorio. 

El primer caso registrado este 2022 fue en el Reino Unido, esparciéndose por Europa y pasadas unas semanas llegó a América en países como Canadá, Estados Unidos, Argentina y ahora Chile.

Ante este virus, el Ministerio de Salud estableció un protocolo de vigilancia, con una alerta a la red nacional de epidemiología, vigilando el ingreso de la enfermedad, implementando formularios electrónicos para notificación de casos y reforzando las capacidades de los laboratorios. Sin embargo, las medidas claramente serán insuficientes ante la rapidez de su contagio.

La viruela del mono es una enfermedad zoonótica o transmitida de animales a personas. Este virus es de la misma familia de la viruela humana, produciendo síntomas similares, pero de menor gravedad. La patología presenta dos cepas, la de la cuenca del Congo de África Central y la de África Occidental y esta última causaría una enfermedad menos grave.

Las formas de contagio de este virus entre personas son por contacto directo o indirecto con sangre de un paciente, contacto con lesiones, o con las gotitas exhaladas de una persona infectada. Así por ejemplo, los objetos que tengan fluidos de un enfermo, como pasamanos, toallas o sábanas son un foco de contagio.

El periodo de incubación del virus es de 6 a 13 días, pero pueden presentarse rangos de 5 a 21 días.

Si bien es benigna y desaparece con el paso de los días, la viruela del mono presenta varios síntomas de diversa gravedad, como erupción cutánea aguda, cefalea, inicio súbito de fiebre superior a 38,5°, dolor muscular, dolor de espalda, sensación de agotamiento e inflamación o hinchazón de los ganglios linfáticos.

Pero si alguien presenta síntomas ¿Qué debe hacer? La seremi de Salud, Paola Salas, señala que en general los síntomas de la viruela son parecidos a los de otras enfermedades como sífilis o herpes, por ello es importante que las personas analicen que estos se acomoden a la definición de caso sospechoso que es “fiebre, algunas adenopatías que son ganglios que se inflaman en el cuerpo, pero principalmente erupciones, los exantemas, que es como una ampolla que después se transforma en una costra, que es muy característico también en la varicela”.

La idea es reconocer los síntomas, pero además acompañarlos al criterio epidemiológico de ser contacto o estar expuesto a caso probable 21 días antes en algún otro país donde está presente la viruela del mono.

La seremi indica que a nivel país, un caso sospechoso se coordina con la red asistencial. En la Región de Coquimbo se establecieron dos recintos referenciales para recibir pacientes, el Hospital San Pablo de Coquimbo, para los casos de la provincia de Elqui y el Hospital de Ovalle para los de la Provincia de Limarí y Choapa.

Ambos recintos cuentan con equipos preparados denominados de “actuación de eventos de salud pública de interés”, quienes se han alistado con anterioridad en formación protocolarizada para tratar estas patologías infecciosas, con unidades aisladas, vestuario especial y manejo estricto de medidas de seguridad.

Este mismo equipo es el encargado de recibir a los pacientes, realizar trazabilidad y seguimiento para evitar y controlar la transmisión del virus.

Respecto al tratamiento, Paola Salas añade que no existe uno específico, sino que más bien se debe aislar a la persona hasta que se caigan las costras. Por ello lo más importante es encontrar a quienes fueron contactos estrechos. “Esas personas deberían estar en aislamiento y seguimiento por 21 días hasta que estén asintomáticos y si se presentan síntomas, durante este tiempo, se transforman en caso”.

Los aislamientos se pueden realizar en el mismo hospital y si se agravan se trasladan de forma interna con protocolos de seguridad y manejo de infecciones ante este tipo de patologías.

“Al igual que en toda patología infecciosa la letalidad es de 1 a 10% de los que se enferman y dependen del estado inmunitario y la comorbilidad como por ejemplo, hipertensión, diabetes u obesidad. Lo otro es estar en la edad en que si fuiste vacunado, recordando que la vacunación de la viruela finalizó a inicios de la década del 80 cuando se declaró erradicada la enfermedad, por ello los más jóvenes son los que tienen más riesgo, porque no están inmunizados”.

En general, un caso grave se trata en los recintos hospitalarios de la región que fueron establecidos en el sistema. Sin embargo, explica Salas, no existen protocolos específicos para tratar un fallecimiento, pero “debieran tratarse de forma especial como otras enfermedades infecciosas, al igual que el coronavirus, con tratamiento del cuerpo”.