Pedro Velásquez Seguel, exalcalde y exdiputado

Pedro Velásquez relata lucha contra el cáncer y analiza actual panorama de Coquimbo

El exedil coquimbano tiene la visión que tras su salida del municipio hubo un estancamiento y que los alcaldes que vinieron dejaron abandonados sus proyectos. En la actualidad, hace frente a un cáncer que le detectaron y que se ha tratado, dijo que está dedicado a la familia y a asuntos particulares
viernes 10 de junio de 2022

El exalcalde de Coquimbo y exdiputado de la República, Pedro Velásquez Seguel, aceptó hablar con diario El Día y abordar temas tan complicados como su salud, el rol que jugó como alcalde y la visión que tiene de las obras icónicas que dejó en una comuna que lo vio despegar como personaje público.

Se mostró crítico de sus predecesores, de quienes dice abandonaron sus obras y proyectos encaminados.

También habló de la parte oscura del Parlamento y critica a la izquierda que apoyó los retiros del 10% y hoy que son Gobierno se los niegan a la gente.

-¿En qué momento se encuentra hoy, va a seguir en política o se dedicará a sus temas particulares?

“Estoy en una etapa, diría muy contento, porque lo único que pretendía era salir del Congreso, producto de que uno ve tanta odiosidad, tantas malas vibras de todo los sectores, si no estás con ellos te desprecian, no te saludan y es terrible, porque de los proyectos que aprobé, que le molestaba al Frente Amplio o al Partido Comunista, al partido Socialista y resulta que hoy son las cosas que está llevando a cabo el Presidente Gabriel Boric, porque así es la vida, se cambian los roles. Yo protestaba, porque cuando un proyecto lo enviaba el Gobierno y le servían al país aprobaba como el estado de excepción y cuando lo aprobaba casi me pegaban. El ambiente era tenso. Yo voté apruebo todos los retiros del 10% y ahora las mismas personas que hacían rondas, trencitos, como Camila Vallejos, Pamela Jiles y otros tantos, pero resulta que ahora se dan vuelta la chaqueta de una forma impresentable y le dicen al país no, usted no puede retirar el 10%”.

-¿En términos personales lo pasó mal como parlamentario?

“Claro, por ejemplo, cuando se iba a acusar constitucionalmente a Jaime Mañalich, una de las diputadas que se me acercó fue Marisela Santibáñez y me pedía que votara contra ese asesino. Yo le dije, como se lo dije a Pamela Jiles, quien después entendió, cuando fui alcalde fui condenado inocentemente y no puedo condenar a un ministro cuando no hay elementos jurídicos, este es un juicio político. Después me vino de todos lados, el hecho que te gritaran Velásquez, hoy día vienes con el pie izquierdo o el pie derecho, esas actitudes me cansaron. También el cinismo que se da en el Congreso”.

-¿Eso significa que no va a seguir en política?

“En política uno nunca sabe, pero en este momento no se cruza ni por mi mente. Lo único que deseo es poder recuperarme, estoy saliendo adelante (padece un cáncer) y dedicarme a hacer mi labor de abogado, espero trabajar con otros colegas y hacer una vida mucho más tranquila con la familia. Ahora he podido visitar familiares que estando a menos de cinco cuadras no los visitaba”.

-¿Está retomando su vida familiar?

“Sí, por cierto, con mis hermanos, con algunos hace años que no iba a sus casas, por esta labor”.

-¿Qué relación tiene con sus dos hijos?

“Maravilloso, tanto Felipe (concejal de Coquimbo), como con Rocío, son maravillosos. De mi hijo, una de las cosas que me sorprende, es que Felipe actúa independiente. Eso me sorprende, porque él sabe que su papá fue alcalde, después diputado, pero no se metía mucho. De hecho, cuando se le pidió que fuera alcalde, estuvo complicado, que quería y no quería, por eso me llama la atención que su actitud ha sido basándose en sus principios, a lo que ha estudiado, lo considero inteligente, maneja bien el sistema administrativo del municipio y otras áreas, y eso me da una gran satisfacción, porque actúa sin la ayuda del papá, sin esa orientación”.

-¿Nunca le ha pedido un consejo?

“Sí, al principio me pedía consejos, en el sentido de las labores que le correspondían al alcalde, sus funciones, situaciones que son teóricas, pero en la práctica son distintas. De repente, en temas muy específicos me ha pedido una opinión, pero lo contaría con los dedos de mi mano”.

-¿Y la relación con su hija es muy distinta?

“Ella es mi princesa, está egresada en psicología y pronto va a iniciar su práctica profesional y contento, señor contento”.

-¿Su futuro inmediato cómo lo ve?

“Lo veo con tranquilidad, me gustaría prestar mis servicios, ad honorem, para apoyar el proyecto de la cruz (del Tercer Milenio), pero nada más”.

-¿Por qué se querelló en contra de los periodistas Mónica Rincón y Daniel Matamala?

“Sí, el 17 de junio es la primera audiencia. Lo que me llevó a querellarme, es que Mónica Rincón y Daniel Matamala, que se ponen de acuerdo en hablar el mismo idioma tanto en Chilevisión como en CNN. Esto nace de Tolerancia Cero, donde Mónica Rincón señaló que cómo era posible que una persona vaya al Senado si se robó 150 millones de pesos y se los echó al bolsillo. Esa misma frase la repitió Daniel Matamala. Lo que le estoy diciendo con mi abogada, es en qué parte de la sentencia se habla que yo robé o me quedé con un peso. Ahora tienen que comprobar esto y ya se deben haber dado cuenta que la sentencia es muy distinta”.

-¿Está dispuesto a llegar a un acuerdo amigable o llegará hasta las últimas consecuencias?

“En derecho, viendo las circunstancias se puede llegar hasta el final, pero también, en un momento determinado, se puede llegar a acuerdos, siempre que sean beneficiosos para mi parte. Lo que quiero demostrar con esto es que hay algunos periodistas, que son la excepción, que se dan el lujo de señalar cosas que no son ciertas”.

-¿Cómo lo afectó el hecho de que un colaborador suyo enviara una carta al Parlamento con graves acusaciones de índole sexual incluso?

“Eso me afectó mucho, porque todo eso fue como decir, basta de esta situación, de estar con gente, aunque no lo crea, de confianza y que en su ignorancia y desconocimiento hicieron toda una farándula, como el caso de este niño de Illapel. La información que tengo es que si a mí me destituían, asumía un tercero, y ese tercero le habría ofrecido el oro y el moro, y este niño mandó una carta a la Cámara Baja, que después de tres meses vine a saber, cuando salió en la prensa. Quien actuó como fiscal, la que investigó fue la autora del protocolo de acoso en el Congreso, la actual ministra de Defensa, Amaya Fernández, la que tuvo que informar a todos los partidos políticos y a la Comisión de Ética que no había nada, que era un invento de proporciones mayores, pero todo eso significó un dolor muy fuerte”.

-Por ese tiempo le llovió sobre mojado porque también falleció una persona en su departamento, ¿qué ocurrió?

“Claro, estábamos nosotros en la campaña repartiendo limones e hicimos un pare el fin de semana en Coquimbo y mi nanita, que era todo para mí, que era de Perú, trabajó varios años con la familia, hasta que un día regresó a Perú y no le fue bien allá, se vino nuevamente a Chile y me la encontré vendiendo en una cajita confites, cigarrillos, así que le pedí que volviera a trabajar con nosotros. Cuando llegamos ese fin de semana no se sentía bien. Habíamos celebrado un cumpleaños con cuatro personas, sin nada de alcohol y ella participó, pero no se sentía bien y me dijo que al otro día se iba a quedar un poco más acostada. Al otro día no la encontrábamos en ninguna parte. Al final la encontramos sentadita en el baño con su cabecita hacia la tina, le había dado un infarto. Fue un momento triste, ingrato”.

-¿Cómo ve el trabajo que hizo como alcalde, porque muchos coinciden en que usted le cambió el rostro a Coquimbo?

“Antes de eso, le voy a confiar algo, en un momento determinado no quería volver a Coquimbo, porque tenía una especie de dolor, hasta un poco de depresión, porque cuando llegaba a Coquimbo y en las condiciones que estaba, ver la calle Aldunate, ver una ciudad, que por lo menos ahora no está tan sucia, pero era así. Pena de ver el Barrio Inglés completamente cerrado, la obra del Empalme (réplica de la estación de trenes) y ahí ve todos los días que duermen cinco o seis personas botadas en el suelo. La cruz también, por lo menos la Mezquita, la estaban recuperando, porque la embajada invirtió importantes recursos”.

-¿Pero cómo ve a la distancia las obras que dejó, como la Cruz del Tercer Milenio, la Mezquita, el Barrio Inglés, el mirador de los Navegantes, el Fuerte Lambert, que ahora son íconos turísticos?

“Hay una frase que no es mía, cada pueblo tiene los gobernantes que merecen y Coquimbo se acostumbró en estos últimos años a tener gobernantes que tuvieron una mirada distinta a lo que se hizo, no como en Europa, donde se continúa con las obras pase el gobierno que sea, pero acá, no lo puedo explicar”

-¿Sintió que sus obras las desecharon?

“Por supuesto, pero esas obras no son mías, son de la ciudad, de su gente, se gastaron recursos municipales, de la comunidad y es ahí donde debieron ir avanzando los alcaldes. Por ejemplo, el Barrio Inglés está cerrado, pero uno no sabe qué hacer”.

-¿Piensa que los alcaldes que vinieron después de usted fueron flojos o simplemente quisieron borrar su obra?

“Yo creo que fue mucho más, es cosa de meterse a internet y prácticamente no están las obras. Hubo alguien en el período de Pereira padre (Óscar) que eliminó absolutamente todas las fotografías, no hay del Barrio Inglés cuando se inauguró, no hay fotografías de la cruz (inauguración), alguien se preocupó de que esto había que hacerlo desaparecer. Los demás alcaldes, Cristian Galleguillos y Marcelo Pereira, no tuvieron dedos para el piano”.

-Hay algunos proyectos que podrían ser mitos, como la construcción de una piscina olímpica, la construcción de una sinagoga, un aeropuerto, un planetario, ¿qué hay de verdad en eso?

“La verdad es que se compró, al final, un terreno por parte del Gobierno Regional, para hacer un aeropuerto en Tongoy, que era una de mis prioridades. Estaba la construcción de la sinagoga y un centro cristiano de envergadura. La piscina olímpica, que se presentó el proyecto, iba a estar en el sector de La Pampilla. También tenía como proyecto extender el Barrio Industrial, ya habíamos conversado con varias empresas que llegarían a Coquimbo y se les iban a dar facilidades. Yo estuve en Washington,  Estados Unidos, donde me reuní con la comunidad latina y norteamericana del mundo judío, los que nos iban a colaborar para hacer la sinagoga y el proyecto más importante que no se logró y teníamos todo, era crear una ciudad universitaria en todo lo que es el terreno de El Culebrón, desde la Playa Changa hasta el final de esos terrenos. Habíamos conversado con el dueño de unos terrenos que colindan con el municipal, pasado el Puente La Garza y habíamos conversado con varias universidades, a quienes les entregábamos por 60 años el terreno debidamente urbanizado para que se instalaran acá y hacer una ciudad universitaria. También la instalación de un planetario, junto con un acuario. Para eso le encargamos al actual diputado Ricardo Cifuentes, que buscara proyectos en distintas partes del mundo, especialmente algunos que pudiéramos ver por google, para que los visitara y viera cuál podía ser el mejor para nuestra ciudad. La recova marina, que después le pusieron El Mercado del Mar, también el edificio municipal llamando a concurso a nivel nacional para que hicieran el anteproyecto y el mejor se ganaba el proyecto. Cuando a mí me cortaron las manos, le cortaron las manos a la gente de Coquimbo, que podía mejorar su calidad de vida”.

-Hay un proyecto que le fracasó, porque usted quiso pintar toda la Parte Alta de blanco e incluso se llevó a un grupo de dirigentes a España para que conocieran otras experiencias.¿Qué pasó?

“Eso no fracasó, lo que pasa es que había una contratista que tenía que pintar cierta cantidad de casas en el mes, se verificaba y se le cancelaba, pero cuando yo salgo, Óscar Pereira padre, hace todo lo contrario y dice, aquí hay que pintar las casas de todos los colores. Fue la decisión de él, pero si se hubiese seguido pintando de blanco, Coquimbo sería espectacular”.

-¿Cómo ha enfrentado su enfermedad, entiendo que se le detectó un tumor maligno y canceroso luego de un accidente?

“Yo soy una persona de mucha fe, así que lo que hice fue hacerme los exámenes, la quimioterapia en Santiago, tomando los reposos correspondientes y ahora ya estoy en un poco de actividad para empezar a trabajar, pero se ha ido mejorando, más los medicamentos que tengo que tomar. Lo he tomado como un mensaje para que me dedique a lo mío y para eso necesitaba algo que me impidiera lo otro. Esta enfermedad me ha dado la oportunidad también de otras cosas que no estaban en mi mente”.

-¿Ese cáncer fue en una parte específica?

“Sí, en la planta del pie, pero ya se ha ido mejorando para las condiciones en que estaba y lo que no puedo hacer mucho es caminar, porque se me hincha el pie, pero trato de evitar caminar mucho, aunque los doctores me han pedido que haga reposo”.

-¿Lo tomó muy de sorpresa el cáncer o usted sintió síntomas en algún momento?

“Lo mío fue un tema de irresponsabilidad, porque cuando se me cayó una bolsa de limones encima, me generó en los dedos del pie izquierdo moretones. Yo no le hice caso, tomaba remedios caseros, alguna crema, pero al parecer se reventó una arteria y dejó de circular la sangre y esa sangre machucada quedó ahí. Yo decía, ya, el próximo mes voy a ir al médico y pasó más de un año y medio y la responsabilidad es mía”.