DELEGADO PRESIDENCIAL DEL GOBIERNO DE BORIC

El bajo perfil de Rubén Quezada, más colaborador que protagonista

Si bien el presidente electo, Gabriel Boric, ha manifestado su intención de que esta figura se elimine en el plazo de dos años, parlamentarios electos señalan que se trata de un rol que no debe, necesariamente, quedar bajo el alero del Gobierno Regional. En tanto, cercanos al médico cirujano confían en que cuenta con el liderazgo para enfrentar el reto.
miércoles 09 de marzo de 2022

Hace nueve días, se conoció luego de varias semanas de especulaciones el nombre de quien será el próximo delegado presidencial regional, que asumirá en el cargo el próximo 11 de marzo.

Se trata del médico cirujano Rubén Quezada Gaete, 35 años, quien alcanzó mayor notoriedad pública como presidente regional del Colmed, labor donde destacó en el marco de la pandemia.

Su bajo perfil y disciplina habrían sido factores decisivos para la determinación, que contó con distintos respaldos. Por una parte, y uno de los más importantes fue el de la futura ministra del Interior y Seguridad Pública, Izkia Siches, con quien tiene una relación muy cercana.

Por otra parte, resultó clave el poder de veto de la gobernadora regional, Krist Naranjo, quien de acuerdo a antecedentes de El Día habría incidido en que Rubén Quezada pasara por sobre otros cuadros.

Estos factores, más el mayor consenso de su nombre entre partidos del Frente Amplio -en desmedro de figuras como el de Fernando Viveros- fueron importantes para su llegada al cargo, además de las características más “acordes” a una figura que no buscaría protagonismo, permitiendo así que el Gobierno Regional, poco a poco, vaya asumiendo mayores competencias.

En esa línea, el aún delegado presidencial, Ignacio Pinto, en conversación con “Abriendo El Día” se mostró abiertamente contrario a la eliminación de este cargo, lo que abre el debate en torno a cómo parlamentarios de la próxima oposición podrían enfrentarse a este tópico.

 

Visiones contrapuestas

Llama la atención que en la última sesión ordinaria realizada ayer por el Consejo Regional antes que de que asuma el próximo CORE, la gobernadora regional Krist Naranjo señaló que, de cara al nuevo periodo que se inicia el 11 de marzo, el próximo delegado Rubén Quezada será quien “me acompañará en este proceso”.

Asimismo, cercanos señalaron que existe predisposición a trabajar muy cercanamente a la gobernadora, en un rol más colaborador que protagonista, más allá de que tenga responsabilidades tales como la coordinación de los servicios públicos y tomar decisiones en cuanto a orden público.

Para el diputado electo, Juan Manuel Fuenzalida (UDI), “lo que uno espera es que no se invisibilice el cargo, de manera que pueda cumplir con sus funciones a cabalidad. Sabemos que uno de los aspectos del programa del presidente Boric busca que los gobernadores tengan una trascendencia especial. Sin embargo, creo que hay cosas desde el punto de vista político y administrativo que forman parte de las facultades de los delegados. Por lo tanto, yo espero que la Delegación tenga trascendencia, porque la gobernadora es la jefa de la región, pero el delegado será el representante del presidente acá y de la región ante el nivel central. Por ende, es una función mucho más relevante de lo que algunos creen, independiente de que no maneje un presupuesto como la Gobernadora a través del los FNDR”.

En esa línea, Fuenzalida espera que “el delegado no sea la sombra de la gobernadora sobre todo en materia de orden público, porque no sólo han ido en aumento los delitos violentos como los homicidios, sino que el narcotráfico después del estallido social ha escalado. Por tanto, el nuevo delegado tiene una pega demasiado importante como para pretender ser un elemento más dentro del aparato administrativo”.

Adicionalmente, el parlamentario recordó otro importante desafío. “El tema de la sequía es algo que no debe quedar de lado, porque queramos o no vamos a depender mucho de los ministerios del Interior, de Obras Públicas y de Agricultura. Por tanto, el delegado va a tener un rol articulador importantísimo. En el caso del Túnel de Agua Negra, por ejemplo, más allá de que la decisión pase por el CORE y la gobernadora, el delegado tiene mucho que decir, porque podríamos estar hablando de un acuerdo entre Estados. Por eso es importante que no se invisibilice”, afirmó.

 

Cautela

El diputado y senador electo, Sergio Gahona (UDI), considera que “en general, hay que dejar actuar a las nuevas autoridades. El próximo delegado presidencial cuenta con experiencia en cargos gremiales y me imagino que eso podrá ser importante para poder manejar grupos, para liderar el orden público y hacer política. Por tanto, yo pediría que le diéramos el tiempo suficiente y adecuado para que se pueda dar a conocer y demostrar su calificación política. Creo que más vale la pena esperar antes que pronunciarse”, argumentó.

 

Respaldo

El diputado electo Víctor Pino (Partido de la Gente) tuvo una visión diferente respecto de esta materia, poniendo énfasis en lo colaborativo.

“Yo creo que más que catalogar a Rubén (Quezada) como una persona de bajo perfil, es más adecuado señalar que se trata de una persona que cuenta con un carácter serio, reservado y a la vez muy profesional. Por lo tanto, la mirada que debemos tener en cuanto a las expectativas por el trabajo del próximo delegado deben estar enfocadas a la labor colaborativa que el delegado presidencial va a tener que realizar junto con el Gobierno Regional, a través de la gobernadora, así también con senadores, diputados y por cierto a los alcaldes. Todo esto, junto con responder a la confianza que el presidente Gabriel Boric ha puesto en él. De todas formas, creo es una tremenda oportunidad para construir a través de este delegado presidencial una mejor región”, concluyó.